Carnaval de RioGuinea Ecutorial/Argentina
Alberto Armendariz (17/2/2015)
Teodoro Obiang financió con 3,5 millones de dólaresa la escola de samba Beija Flor, que decidió homenajear al país africano en su tradicional desfile en el Sambódromo

Considerada una de las fiestas populares más alegres y coloridas del planeta, el Carnaval de Río de Janeirode este año empezó ensombrecido por las acusaciones de que el desfile de la tradicional escola de samba Beija Flor está financiado por una de las dictaduras más crueles de mundo: el régimen de Guinea Ecuatorial.

Según publicó el diario O Globo, Beija Flor, la máxima ganadora de los concursos en el Sambódromo Marqués de Sapucaí, con 12 campeonatos en su haber, recibió diez millones de reales (unos 3,5 millones de dólares) del gobierno del presidente Teodoro Obiang Nguema, que está en el poder desde hace 35 años y tiene una fortuna de más de 700 millones de dólares.

Debido a ese respaldo, la escola de samba originaria del municipio de Nilópolis decidió homenajear en su «enredo» (trama del desfile) a Guinea Ecuatorial. Gracias a sus enormes riquezas petroleras, el país tiene la mayor renta per cápita de África, pero son administradas de forma autoritaria por Obiang (72 años).

«Nunca antes en el Carnaval de Río una escola recibió tanto dinero de patrocinio», afirmó el periodista de O Globo, Ricardo Noblat, que indicó que el montaje de un desfile normalmente cuesta unos 5,5 millones de reales, y consideró el financiamiento de Beija Flor un capricho más del dictador africano para coronar a su país en el Sambódromo.

Es que Obiang es fanático del Carnaval carioca y fue varias veces a Río para verlo en vivo. Suele ir acompañado por su hijo, Teodoro Nguema Obiang Mangue, más conocido como «Teodorín», a quien la prensa local vinculó sentimentalmente con una integrante de Beija Flor.

Pese a que los Obiang -que enfrentan cargos de lavado de dinero tanto en Estados Unidos como en Francia- son propietarios de un lujoso departamento en Ipanema, el dictador se hospeda casi siempre en la suite más cara del hotel Copacabana Palace.

Ante la polémica, Beija Flor emitió un comunicado. «La dirección de la escola recibió apoyo cultural y artístico del gobierno de Guinea Ecuatorial. Con la idea de divulgar la trayectoria de su pueblo, Guinea Ecuatorial dispuso todo su aparato histórico para que la comisión de carnaval de la escola pudiese investigar y tener acceso a diversos aspectos de la cultura local», señaló.

Sin embargo, ante la consulta sobre el origen de los fondos y el costo del desfile, la encargada de prensa de Beija Flor, Natalia Louise, se negó a dar a LA NACION mayores datos de transparencia. 

«El financiamiento provino de las actividades que realiza durante todo el año la escola, con eventos y ensayos para el público, además del dinero que recibe de la Liga de Escolas de Samba de Río de Janeiro. No vamos a informar sobre los costos del desfile», respondió.

De cualquier manera, no es la primera vez que una escola de samba recibe patrocinio externo (la primera fue Imperio Serrano en 1985, financiada por Brahma, y en 2006, Petróleos de Venezuela le dio dinero a Vila Isabel). Tampoco es la primera vez que exalta un país (en 2010, Viradouro homenajeó a México y su cultura) ni que el Carnaval está ligado a oscuros negocios y gobiernos (son notorios los lazos que hay entre las escolas y el «jogo do bicho», la lotería clandestina con figuras de animales). 

«Desde que surgieron las escolas, en la década del 30, se comenzaron a relacionar con elementos externos al Carnaval. El gobierno de Getulio Vargas las usó como instrumento pedagógico de masas para divulgar su agenda nacionalista y ensalzar a Brasil. Luego, durante la dictadura (1964-1985), varias escolas, entre ellas Beija Flor, usaron sus enredos para alabar al régimen militar», explicó a LA NACION el historiador y escritor Luiz Antonio Simas, experto en el Carnaval carioca..

Fuente:  LA NACION.