Niño Saharaui: fotografía de autor desconocido.
Niño Saharaui: fotografía de autor desconocido.

Mi Columna /Sáhara Occidental
Eugenio Pordomingo (6/7/2015)
La noticia de que el Gobierno de Su Majestad va a ser denunciado por las importaciones ilegales que realiza del Sáhara Occidental, me han animado a retomar un tema del que me ocupé hace ahora más de un año.

La asociación Westerm Sahara Campaign denunciará al Gobierno británico por las importaciones ilegales desde el Sáhara Occidental. La ONG  afirma que lleva a cabo esta demanda con el fin de poner en jaque el comercio ilegal de “productos provenientes” del Sáhara Occidental ocupado.

Según la información que publica la revista «Sahara Analysis», editada por WSC, ya hay una fecha “para la audiencia (14 y 15h de julio) en la que la Corte examinará los ingresos de Su Majestad y la oficina de aduana de productos originarios del Sáhara Occidental importados al Reino Unido como marroquíes en virtud del Acuerdo de Asociación entre la UE y Marruecos, así como el Departamento para la Alimentación y Asuntos Rurales que concede licencias para pescar en los territorios del Sáhara Occidental en el marco del Acuerdo de asociación pesquero entre la Unión Europea y Marruecos «.

WSC comenta en su revista que la “decisión de llevar el Gobierno del Reino Unido a los tribunales no se ha tomado a la ligera”, pero ya han pasado casi 40 años desde que Marruecos ocupó militarmente el Sáhara Occidental y los saharauis fueron forzados al exilio en campamentos de refugiados en el desierto argelino, donde la vida no es placentera.

La causa saharaui nunca se ha conocido en el Reino Unido –afirma la revista de WSC– , “pero desde los años 1970, WSC ha realizado valiosas investigaciones, compartido información, divulgado su causa y coordinado la acción política en los pasillos del poder. Sin embargo, esto no ha sido suficiente y cuanto más siga la ocupación del Sáhara Occidental más se afirma”.

WSC explica así el por qué lleva a cabo su denuncia: “La comunidad internacional y la ONU fracasaron sistemáticamente en su obligación legal de asegurarse de que los saharauis puedan expresar su derecho inalienable a la libre determinación. Hemos decidido que tenemos que hacer algo extraordinario para ayudar a que los saharauis consigan recuperar su país», de acuerdo con la información facilitada por la agencia de noticias Sahara Press (SPS).

Estando de acuerdo, en términos generales, con la acción y reflexiones de WSC, no puedo por menos que hacer una salvedad, y es la siguiente: La comunidad internacional y la ONU no “fracasaron sistemáticamente en su obligación legal de asegurarse de que los saharauis puedan expresar su derecho inalienable a la libre determinación”. ¡Qué va! No fracasaron, hicieron lo que estaba escrito en el guión. Hicieron lo que estaba señalado en la ´hoja de ruta´ del Sáhara Occidental. Basta ya de perogrulladas; de cantos de sirena; basta ya de memeces y de engaños. Y no lo digo por WSC.

En esta misma línea, en enero del pasado año, escribí una de mis Columnas, ésta titulada Mareando la perdiz Human Rights in Wstern Sahara pide firmas para que la MINURSIO supervise la protección de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, en la que comenzaba así: “Despierta mi atención y perplejidad la persistencia en el error –o supuesto error- en el que caen inmersos personas, asociaciones, ONGs e instituciones de toda índole y color. Esa persistencia en el desacierto –a mi entender- me llama la atención sobre todo cuando se trata de personas a las que se les supone, por su formación intelectual, que están capacitadas para percatarse y discernir de lo que se esconde tras algunas tácticas, estrategias, comportamientos, declaraciones o campañas distorsionadoras de la realidad”.

Dije por entonces, que la duda propiamente dicha, la duda metódica, no descubre, como dijo Descartes, “verdades nuevas”, pero con ella se gana “evidencia”. Y de la “duda” he llegado a la “evidencia”, a la evidencia de que el Poder emplea métodos, tácticas y estrategias que a veces ni nos imaginamos, con la finalidad de mantener y ampliar sus ansias depredadoras, su influencia y capacidad de decidir por todos.

Esos métodos, tácticas y estrategias se confunden muchas veces con la acción de asociaciones, medios de comunicación y políticos de ideologías dispares. Los vericuetos de subvenciones, donaciones, inserciones publicitarias, cargos institucionales y prebendas de toda clase, se entremezclan con la buena fe y el activismo altruista.

Al pueblo saharaui no se le puede negar, valor (demostrado en una larga y cruel guerra con Marruecos); paciencia y aguante (viviendo separados unos hermanos de otros, y soportando las atrocidades del Reino alauita o las calamidades de los Campamentos de Refugiados); buena fe (pues a pesar de las traiciones de los gobiernos españoles –sobre todo los socialistas- persisten en tener confianza); islamistas moderados y pacíficos (que no han recurrido a la violencia y que sin ningún recelo mandan a sus hijos, todos los veranos, a vivir con cristianos); y por si fuera poco hablan también el idioma de Cervantes.

Con enormes dosis de paciencia, tesón, inteligencia y buena organización han logrado extender una tupida red de modestas, pero eficaces sedes diplomáticas, que hacen llegar su voz desesperada al mundo entero. Además, han conseguido el apoyo de los ciudadanos de muchos países.

Junto a estas virtudes colectivas, detecto cansancio y cierta comodidad sobrevenida con la situación, una especie de adaptación al medio.

La nueva situación sociopolítica y geoestratégica mundial, ha traído consigo la aparición de nuevos elementos, como es el activismo social que está empezando a sustituir al asociacionismo, a las ONGs, a los “profesionales de la pena y la pobreza”.

El llamado conflicto del Sáhara Occidental, que para mi es, nada más y nada menos, que la invasión de un país (Marruecos) de un territorio (Sáhara Occidental). Con esta situación por bandera y estandarte es como hay -a mi modesto entender- que afrontar esta situación, esa invasión militar y colonial.

Comentaba yo –en el mencionado texto-, que el filósofo ateniense Arquéalo, decía que “lo justo y lo injusto no son productos de la naturaleza, sino de la ley”. O sea, del hombre, que es el que elabora, dicta y ejecuta las leyes.

Viene esto a cuento por la siguiente reflexión: La ONU ha dicho, por activa y pasiva, que el Sáhara Occidental es el último territorio pendiente por descolonizar; que España sigue siendo la potencia Administradora; que los habitantes de esos territorios sufren abusos y violaciones de los Derechos Humanos. Pero, entre tanto, la misma ONU reduce la ayuda humanitaria que envía al Sáhara, y hace oídos sordos a  las denuncias y protestas.

Cuando la campaña del pasado año para que la MINURSO tuviese competencias en la vigilancia y  protección de los DD HH en los Territorios Ocupados, y no se limite a ser un mero espectador, yo manifesté mis dudas por el éxito que la misma pudiera tener. Los resultados han sido evidentes. La  MINURSO sigue teniendo las mismas competencias que tuvo, o sea ninguna. Un paripé, un engaño, y además muy costoso.

Algunos amigos me comentaron por entonces, que Mi Columna no había caído muy bien entre algunos –yo tengo evidencias que entre otros sí-, pues parecía una crítica a la labor que estaban llevando a cabo algunas asociaciones por conseguir elevar el rango de la MINURSO. El tiempo me ha dado la razón.

Eugenio Pordomingo
Eugenio Pordomingo

Y no es que esté orgulloso de ello, pues me hubiera gustado que esa misión de Naciones Unidas tuviese las competencias que se exigían. Un mínimo análisis de la situación nos lleva a la siguiente conclusión. Si las grandes potencias, y en consecuencia la ONU, son las que han permitido –más bien animado y subvencionado- a que la invasión y permanencia de Marruecos en los territorios ocupados, cómo van a dar después armas a los que han sido ultrajados con su consentimiento.

Decía yo, que la energía concentrada en un punto es mucho más eficaz que si se dispersa. Toda fuerza canalizada y concentrada gana en intensidad.Por eso dije, y digo, que soy partidario –en el caso que nos ocupa, la liberación del pueblo saharaui- de centrar todas las energías, todo el discurso y todas las acciones en un único punto: “denunciar al mundo entero que Marruecos ha invadido el Sáhara Occidental y debe abandonarlo de inmediato”.

Eso no debe ser obstáculo para que en situaciones dramáticas se baje la guardia, especialmente en los casos de encarcelamientos ilegales, asesinatos, violaciones de los derechos humanos, huelgas de hambre, campañas de verano para que los niños saharauis vengan a España.

Y, por supuesto, no hay que dejar de denunciar que los gobiernos españoles han permitido, y permiten, esa invasión, esa ocupación y esa tropelía.

Por lo expuesto, considero que el pueblo saharaui está legitimado para subir el nivel de su protesta.