Avion turcoInternacional
espacioseuropeos (28/7/2015)
Turquía ha buscado la ocasión, el pretexto, para continuar con los bombardeos contras las posiciones del Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), exigiendo que esos ataques seguirán hasta que los kurdos deponga las armas. “La democracia o las armas: ambas cosas no son compatibles”, afirmó el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

Estas declaraciones las hizo el político turco el mismo día en que la OTAN, a petición de Turquía, va a estudia la situación en la que se encuentra inmersa esa zona.

Según la agencia de noticias MISNA, en los últimos días la “aviación turca atacó posiciones del PKK en el norte de Irak (en las zonas de Erbil y de Dohuk) y las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) en Zur Maghar, en la provincia de Alepo, Siria. También los milicianos del autoproclamado ‘Estado Islámico’  (IS) contra los que combaten los kurdos desde hace meses, han sido blancos de los ataques”.

Ankara se ampara, para atacar al PKK, en un plan elaborado por Estados Unidos para desalojar al Estado Islámico a más de 100 kilómetros de la frontera entre Siria y Turquía, y así crear una zona de “amortiguación”, según informa la misma fuente.

El Pentágono ha considerado conveniente que los turcos apoyen a la coalición internacional que lucha contra el IS. Sin embargo esta coalición podría “endurecer aún más el conflicto con los kurdos de las YPG”, algo que Turquía podría haber exigido.

Los bombardeos turcos, llevados a cabo por aviones F-16,  contra posiciones kurdas comenzaron el pasado viernes por la noche. Las montañas de Kandil, en el extremo norte de Irak fueron uno de los objetivos que más daños sufrieron. Con estos ataques la inestable paz alcanzada en 2012 se ha roto.