Sáhara Occidental/España
Javier Perote Pellón (23/10/2009)perote
A los mitos no se les ve porque les tapa la basura (Raúl del Pozo).
El 30 de noviembre de 1982, al mes de ganar las elecciones, el Ministro  de Exteriores Fernando Morán manifestó que: el nuevo Gobierno no solamente no haría nada para desestabilizar al Rey de Marruecos sino que realizarían todo lo que estuviera en sus manos para mantener su estabilidad .Esto ya es sabido.

Esta declaración de intenciones causó estupor en muchos de sus votantes.
Hasta la víspera del triunfo electoral, en  los mítines que daban los políticos socialistas no cabía una bandera más del Frente Polisario. Los oradores empleaban parte de su tiempo en apaciguar el entusiasmo del público que no cesaba en dar  vivas al Polisario o repetir el slogan «Polisario vencerá» («íbamos con banderas gritando Polisario vencerá….«, Maria Antonia Iglesias).

No estaban demasiado lejos los tiempos en que el PSOE había hecho públicos importantes comunicados conjuntos  con los representantes del Frente Polisario en los que se ofrecía  un apoyo sin desmayo a la lucha por un Sáhara independiente, condición indispensable para la pacificación de la región. En mayo de 1980 la Secretaría  de Relaciones Internacionales del Partido denunciaba la expulsión arbitraria de saharauis residentes en España. Pronto serían ellos quienes los expulsarían.

Nada más ganar las elecciones del 1982, uno de los primeras  acuerdos del nuevo Gobierno de Felipe González  fue vender armas a Marruecos, cuantas más mejor (Narcis Serra), Adolfo Suárez lo había prohibió  en  1976). Ahora, ZP se las regala.

Entonces, ¿qué pasó por la cabeza del Ministro Morán? ¿Se le cruzaron los cables? Cómo es posible que en apenas  un mes, sin haberse organizado aún el nuevo gobierno ya se anunciase un cambio tan radical con respecto a la causa saharaui.

Esta pregunta me la hice durante mucho tiempo hasta que un día, el mismo Morán, nos dio la clave: teníamos preparadas las grandes decisiones desde dos años antes.

Es decir: desde dos años antes, estuvieron engañando al pueblo español y al pueblo saharaui. Entre vivas al Polisario, maquinaban la traición.

Más de una vez ha ocurrido que, al criticar felipe-gonzalez-en-el-sahara-occidental6la actitud de Felipe González para con el Sáhara, aparece alguien que disculpa su comportamiento dando por hecho que lo hizo por razones de Estado. Felipe González es un hombre de Estado, dicen.

Ese eufemismo, la «Razón de Estado»,  es la disculpa más atroz que los dirigentes de los países han esgrimido para justificar las  mayores barbaridades, por vaya usted a saber que intereses  no confesables, utilizando los resortes del poder.

Por «razón de Estado» se ha masacrado a millones de personas; Stalin con sus purgas, los nazis a los  judíos, los turcos a los armenios, etc.

Por «razones de Estado», Truman lanzó dos bombas atómicas, y los presidentes Bush padre y Reagan invadieron Panamá y la isla de Granada. Marruecos  ocupa el Sáhara desde hace 33 años, asesinatos y violaciones de derechos incluidos, por que los EE. UU., y Francia lo apoyan, por «razón de Estado».

Los políticos generosos en el empleo de la fuerza, para los que no hay límites morales en su proceder, generalmente lo hacen por «Razón de Estado», o eso dicen.

A todas las personas, hasta a los más canallas, les preocupa la opinión que de ellos tengan los demás. Nadie me negará que, sobre todo en política, esto es así.

El político se rodea de una corte de golfos apandadores (Arturo Pérez Reverte, congratulations) dispuestos a proyectar al público el lado bueno de su líder. Y si no tienen nada bueno que mostrar,  cosa frecuente, se lo inventan. El lado tétrico, repugnante y traidor del personaje se oculta. Es un juego en el que todos sacan algo; algunos mucho.

También se ocultan al público, los abusos, las vejaciones, y las injusticias (asesinatos incluidos) sufridas por  personas indefensas contra las  que se ha dirigido toda la maquinaria represiva de poder que tienen  en sus manos, con especial inquina contra los que se han  atrevido a denunciar sus tropelías.

A veces, esta cuadrilla de golfos se esmera tanto en su tarea que su señorito,  feliz en su burbuja, termina por creerse él mismo las cosas que de él dicen.

Pero, también ocurre que hasta los más canallas cuando se les ha marchado la cuadrilla de golfos,  o estos no son suficientes, se ven obligados ellos mismos a mantener el mito. Entonces salen a la palestra para justificar los latrocinios, las porquerías, y las traiciones que cometieron cuando estaban en la cúspide del poder y eran impunes. Y lo normal es que en vez de arrepentirse se justifiquen por elevación afirmándose en todo lo que hicieron.

He visto el vídeo de Felipe González (F/G) ese hombre de Estado. Expone su visión sobre el asunto del Sáhara y se dirige a los saharauis para decirles quiénes son.fernando-moran

Pero, los saharianos no necesitan que se lo digan, lo agradecen pero no lo necesitan, saben perfectamente que son descendientes de aquellos  Almoravides que cruzaron el río Draa y tras fundar Marraquech en 1070 siguieron hacia el norte. Y siguieron  y siguieron hasta cruzar  el estrecho, y ya no pararon hasta los Pirineos.

Nunca ha habido una invasión similar que procedente del norte haya invadido el desierto. Ni nunca  se ha rezado  la oración del viernes en nombre el Sultán.

Solo unas tribus, y solo unas, (T.I.J. La Haya) los Tecnas, a caballo de la frontera, rendían pleitesía al Sultán de Marruecos. Esto lo sabe F/G, pero hace como que no.

Por eso algunos  sultanes declaraban no tener jurisdicción sobre los árabes de aquel país, que no tienen subordinación ni temen a nadie, por motivo de lo apartados que están de mis Reynos (Muley Mohamed, 1767). Los llama árabes, no súbditos, y dice no tener jurisdicción sobe ellos ¿de qué habla Felipe González? ¿A qué relación de los saharauis con el Sultanato de Marruecos se refiere?

F/G también sabe de sobra lo que dice la Resolución 1514 sobre  las riquezas de los territorios no autónomos. Sí que hay actividad económica en el Sáhara señor González: expoliar las riquezas naturales con la extracción de mineral y la explotación del banco pesquero y comerciar con ello es actividad económica. Con la triste particularidad  de que está sirviendo para engrosar ese 3´5% de producto bruto que Marruecos ha invertido en  el conflicto contra los saharauis.

Durante los cinco primeros años transcurridos desde la Declaración de Independencia a los Países Coloniales (resolución 1514),  Marruecos se oponía sistemáticamente a que se concediera la independencia al Sáhara. Pero en el año 1966 viendo que esa postura no producía resultados positivos, mas bien adversos, ante la Asamblea General del ONU, aceptó la descolonización, pero mediante un referendo de autodeterminación. La maniobra es clara: con un referendo de autodeterminación había más posibilidades de emplear triquiñuelas, manipular el censo o lo que fuera para retrasar la independencia; como así ha sido. Mientras que por vía de  descolonización, la independencia del Sáhara era rápida y segura.

Boumedian que por lo menos era tan espabilado como Hassan II y  que se vio enfrascada en una guerra, que provocó  Marruecos, se dio cuenta de la maniobra de éste  y la boicoteó para no hacerle el juego y, por consiguiente, exigió la descolonización sin referendo,  de acuerdo con   la doctrina de la ONU.

¿Insinúa F/G que todo fue una intriga de Bumedadolfo-suarez-y-felipe-gonzalezian? ¿Ha olvidado que la ONU se sigue  refiriendo al asunto del Sáhara como una descolonización inconclusa?

El Señor González parece invitarnos a ser comprensivos con  Marruecos en cuyo espacio se goza de mayor libertad que en otros espacios del mundo árabe, donde aún   es peor. Vaya: que en Marruecos se tortura menos. También el Ministro Morán, en un momento de esos en que no tenía ni frío ni calor porque estaba a cero grados, afirmaba que había que comprender las atrocidades cometidas  por las autoridades marroquíes pues se trataba de sensibilidades diferentes

¿Esta actitud es propia de la izquierda y de los socialistas?

Dice F/G que entre los saharauis aún tiene muchos amigos: sencillamente, no me lo creo.

Tal como están las cosas en el Sáhara, la situación es de empate infinito, pero sobre todo de  canallada infinita. Mientras haya tanto veraneante de Tánger enredando en este asunto será difícil la solución.

En 1977, Alfonso Guerra y Felipe González nos decían: El régimen marroquí es de corte despótico (…) Marruecos solo ha producido resultados negativos, incluso ha arruinado el clima de buenas relaciones con Argelia, de mayor importancia política y comercial para nosotros. Frente a la hostilidad marroquí, España está obligada  a apoyar al pueblo saharaui ¿Tenía ya Argelia el trípode?

F/G después de veinte años de compromiso con la historia había desaparecido, estuvo tapado por la basura, pero ha vuelto,  y aquí lo tenemos.

¡Váyase señor González!