J.M.G.T. (17/11/2009)mapa-de-turquia
El ministro de Asuntos Exteriores de la República de Turquía, Ahmet Davutoglu, ha ocupado la tribuna del Foro de la Nueva Economía, durante el transcurso de uno de los habituales desayunos informativos, en este caso con la colaboración de «The Wall Street Journal».

Destacó tres grandes retos planteados actualmente: reestructurar el orden político global, lograr un orden económico global más justo y menos frágil y buscar una unión cultural que posibilite los dos fines anteriores. Sin olvidar a China, India, lo musulmán, etc. La posición turca, central en Eurasia, le otorga un papel propio.

Recordó, a partir de la consideración de Turquía y de España como dos puertas del Mediterráneo, su rivalidad, en los siglos XVI y XVII, cuando fueron potencias imperiales. Pero, luego, las relaciones diplomáticas han ido fortaleciéndose progresivamente y ahora Turquía está agradecida a España por el apoyo que le presta para su adhesión a la Unión Europea.

Davutoglu, a través de diversas referencias históricas, puso de relieve cómo Turquía ha sido parte integrante del espacio político, económico, cultural y social que es Europa. Considera que, durante los últimos 15 años, su país ha dado pasos de gigante en el camino hacia la adhesión como miembro de pleno derecho de la Unión Europea, si bien todavía quedan cosas por hacer y «estamos firmemente comprometidos para cumplir nuestra parte del trato».

Algo utópico
El ministro turco, con claridad y tono pedagógico, realizó una exposición hábil y edulcorada, por lo que no extraña que en su país le consideren un tanto utópico, según propia confesión.

Se mostró dispuesto a la colaboración con España, en África y en áreas de Asia. Y, como es sabido, lo hacen en el desiderátum zapateresco de la Alianza de Civilizaciones.

Durante el coloquio subsiguiente mostró también la mejor voluntad para contribuir a solucionar problemas y tensiones como las focalizadas en Irán y Oriente Medio. Su respuesta sobre el tema Armenia tropezó con dificultades para recibir la traducción simultánea; la aseveración, un tanto ambigua («Tenemos que trabajar juntos Turquía, Armenia y Azerbaiján para un nuevo enfoque»), probablemente no dejaría satisfechos, en otros aspectos, a armenios de la diáspora, a quienes hemos escuchado alguna vez, y que insistirían, sin duda,  con otras preguntas.

Paministro-turco-de-exteriores-y-hillary-clintonra la cuestión chipriota, dijo: «Queremos una paz justa y sostenible», Y ante la mención del  conflicto kurdo, manifestó que ahora, en Turquía, el ambiente es muy abierto para hablar de todos los problemas.

Había presentado al ministro visitante, el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido. Al remarcar la condición de profesor de aquel, estableció el paralelismo con su propia trayectoria, que va de la condición académica a la vida política, no siempre fáciles de compaginar.

La llegada de López Garrido dio ocasión a la Prensa para indagar directamente sobre si el estar  imputado, por los supuestos delitos de prevaricación y de malversación de fondos públicos, por subvenciones concedidas a la Fundación Alternativas, podía determinar su dimisión como secretario de Estado. A su juicio no tiene sentido plantear su dimisión por una denuncia falsa.

En el variado patronato de la Fundación Alternativas figuran desde Felipe GonzálezJosé Luis Rodríguez Zapatero hasta Teddy Bautista. Como vicepresidente ejecutivo está Nicolás Sartorius, de vuelta de su sufrida oposición en tiempos de Franco. Y una curiosidad: ¿Por qué dicen Laboratorio cuando quieren decir Servicio de Estudios? Para un crucigrama no habría equivalencia.