Mi Columna
Eugenio Pordomingo (16/7/2010)gustavo-de-aristegui-diputado-del-pp
Hoy, en la emisora Inter, del Grupo Intereconomía, en el programa Otro gallo cantaría, que dirige el periodista Xavier Horcajo, y en el que ha participado Gustavo de Arístegui, portavoz de Exteriores del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, se han analizado entre otros temas de actualidad, la situación del régimen cubano y la situación de los presos que han llegado a España, gracias a la mediación del Vaticano, y más en concreto a la Iglesia cubana y española. Zapatero y Moratinos, simplemente, les han dado alojamiento en un hostal, con el dinero de los españoles.

Pues bien, el diputado popular ha criticado al régimen cubano, refiriéndose al «código penal cubano, como elemento fundamental de la represión y de la eficacia de  esa represión». Para Arístegui la «realidad es que haya miles de presos políticos en Cuba, porque mucha gente que está encarcelada por lo que se supone son delitos comunes, en realidad son cosas como querer marcharse de la isla, como leer libros prohibidos, o cambiar libros prohibidos, escuchar la propaganda del enemigo por una radio de onda corta o reiteradamente departir con los clientes de tu restaurantito o de tu pensión, porque primero te multan, después te multan, después te interrogan, después te acosan y después te encarcelan…»

En Guinea Ecuatorial, el proceso es aún más duro, durísimo. Y sucede todo a la vez. Primero te secuestran de madrugada, te van apaleando mientras te llevan a alguna de las mazmorras de Obiang. Después te torturan; después, cuando ya todo ha terminado, te mandan a la prisión, en el mejor de los casos, o te hacen desaparecer. Y a la familia no le dejan ver lo que queda del represaliado.

En el transcurso del programa de radio al que nos referimos, Arístegui afirmó lo siguiente: «Yo lo que quiero decirle al señor Moratinos es que 52 liberaciones, que es una buena noticia, no es suficiente, porque las liberaciones que queremos son la de los miles de presos políticos cubanos y que haya  transición democrática real en Cuba, porque lo que el gobierno socialista de España ha conseguido es la sucesión de  la dictadura no la transición a la democracia. Y eso va a quedar como una vergüenza para siempre en el carné de identidad del partido socialista».

Y usted, señor Arístegui, cree que se va a ir de rositas con su actuación en el Sáhara Occidental y en Guinea Ecuatorial. No señor, no. 

Contrasta la opinión que manifiesta el señor Arístegui sobre Cuba y su régimen con la que mantiene con la ex colonia española de Guinea Ecuatorial, regida por la atroz dictadura del general Teodoro Obiang Nguema. Para el diputado popular, tanto la dictadura guineana como la actitud que mantiene Marruecos con el pueblo saharaui, merecen un trato diferente.

Después de regresar de uno de sus viajes a Guinea Ecuatorial, donde se entrevistó con Obiang Nguema, el diputado popular afirmó lo siguiente: «Las empresas deben invertir en nuevos mercados, en los que otras no están. Sobre todo, en países emergentes o que esperan estallar económicamente». Y entre esos países emergentes, recomendaba visitar e invertir en Guinea Ecuatorial.

Para mayor claridad sobre su objetiva y democrática postura, hay que recordar sus declaraciones, realizadas a la «Gaceta de Guinea», allá por diciembre de 2008: «yo mismo he estado con todas las autoridades del Estado y con todos los partidos de la oposición que han hablado con toda claridad y han expresado su opinión, algunas muy criticas pero sí estamos convencidos que están operando cambios y estos cambios no van a detenerse».

¿Con qué opositores habló en Guinea Ecuatorial el señor Arístegui? Con los que están encarcelados en la prisión de Black Beach, o con los que molidos a palos se encuentran confinados en sus poblados. Que yo sepa -y algo se de esto- la mayoría de los opositores guineanos residen en España -los hay en otros muchos países y, por supuesto, en el interior de Guinea-, pero con éstos no ha debido contactar el portavoz de exteriores del PP.

Por esas fechas, y en relación con sus declaraciones escribí lo siguiente: «Tampoco me imagino que hubiese  hablado  -el señor Arísteguicon las muchas viudas y huérfanos, producto de esos avances en la democracia que constató la comisión del Congreso de los Diputados, que visitó Guinea. La pena es que pocos meses después el Relator Especial de Naciones Unidas «constatara» que en Guinea Ecuatorial se violan los Derechos Humanos y que la tortura sigue siendo práctica habitual. Y eso que, lamentablemente, no ahondó demasiado».

Si me permite, señor Gustavo Manuel de Arístegui San Román, no aconseje a nadie que viaje a Guinea Ecuatorial, ni como turista. No lo haga  hasta que no exista seguridad jurídica, hasta que no se respeten los Derechos Humanos, y no se implante una verdadera democracia, no sea que tenga que ir al aeropuerto de Barajas -si es que sigue volando Iberia a Malabo- a recibir a un expoliado, a un maltratado o, lo que es peor, a un cadáver.

¡Ojalá, señor Arístegui, los guineanos padecieran la dictadura cubana y no la guineana!

Para que el lector pueda conocer más sobre las opiniones e idas y venidas de Su Señoría, le rogamos se ilustren un poco con estos trabajos:

* Sahara Occidental o la degradación de la diplomacia española
* La oposición guineana molesta con los diputados y senadores españoles
* Yo que ustedes no seguiría los consejos del señor Arístegui, y no invertiría en Guinea Ecuatorial…
* Zapatero y Mohamed VI venden a los saharauis con el apoyo de Mariano Rajoy y Gustavo de Arístegui