Guinea Ecuatorial
Abaha (6/8/2010)la-plaza-del-reloj-de-bata
Nos cuentan, nos dicen, sabemos… que un grupo de guineanos -por separado o juntos, que más da- están preparando un Manifiesto dirigido a la llamada Comunidad Internacional y, sobre todo, al pueblo guineano.

Conocemos que el contendido del  Manifiesto es duro, como las verdades del barquero; que no deja títere con cabeza; que aporta datos irrefutables; que da nombres y apellidos; y que va a por todas….

Al parecer, España, la Madre Patria, queda, más que al margen, marginada. Van a pasar de España -alguna excepción habrá, nos imaginamos-, de su clase política y, también, de los medios de comunicación. Repetimos, habrá excepciones, pero muy contadas.

El Manifiesto será breve, párrafos cortos, y al grano. Acusaciones todas, pero con fundamento; datos, los que existen y se desconocen, que son muchos. Los autores, de momento, silencio, los caporales están durmiendo…

Se va a difundir -eso nos dicen-  masivamente en papel, en carteles pegados donde se pueda y deba; se va a mandar al mundo entero (políticos, asociaciones, instituciones internacionales, delegaciones diplomáticas, Iglesias, sindicatos, universidades y medios de comunicación). Pero, repetimos, en España, poca actividad.

Nos dicen -los que están en el ajo de la operación Manifiesto-, que están cansados del poco,  casi ningún caso, que a su problema -el de los ecuatoguineanos- han hecho los medios de comunicación españoles y la clase política. «La presión vendrá de fuera», nos dice uno de los escribanos del Manifiesto.

«No todos los llamados líderes de la oposición están en esta operación, pues resulta que, siempre, no sabemos cómo ni por qué, hay alguien que frustra los intentos de unión. Y esta vez va en serio. No digo que otras veces no haya sido así, pero ahora hemos aprendido. Estamos asesorados», nos comenta el escribano aludido.

La apuesta es firme. En una rueda de prensa, donde serán invitados los medios internacionales -se duda a estas horas si los medios de comunicación españoles van a ser incluidos-, se leerá el Manifiesto a razón de un párrafo por cada líder político.

De hecho, algunas agencias de prensa españolas  andan con la mosca detrás de la oreja, preguntando, consultando, indagando. Pero, en esta ocasión -al menos los que están en la operación Manifiesto– no sueltan prenda, «pasamos de la prensa, como ellos han pasado ante nuestro dolor y el de nuestros hermanos».

Al parecer, determinados servicios de inteligencia  andan de acá para allá, indagando sobre el asunto. Es su labor, velan por determinados intereses, y a ello dedican buena parte del presupuesto del erario público español. Pero, se nos informa, que el hermetismo es, dentro de lo posible y de acuerdo con las circunstancias, uno de los factores más importantes en la operación Manifiesto.  

«Un fantasma recorre el mundo, se afincó con enorme fuerza en Guinea Ecuatorial, derramó la sangre de nuestros hermanos, esquilmó nuestras riquezas. Y todo esto lo hizo con la interesada ayuda de…»