Mi Columna
Eugenio Pordomingo (26/8/2010)zapatero
La batalla de Madrid la llaman algunos. No es, por suerte, la que tuvo lugar en la última -hasta ahora- guerra civil española, pero se le parece mucho en el ardor que ponen las partes enfrentadas. Me refiero no a la lucha por el poder entre PSOE y PP, sino entre los socialistas del aparato de Ferraz (sede central socialista) y el PSM, más conocido por su anterior nombre, Federación Socialista de Madrid.

Si vergonzosos fueron los argumentos de la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, para justificar su alejamiento de Madrid, tras su fracaso ante Ruiz Gallardón, más nos parecen los que ahora pone para anunciar su candidatura a la Comunidad de Madrid.

La ministra nos fustiga ahora, machacándonos una y otra vez por su querencia a los militantes socialistas madrileños, al pueblo de Madrid y que si Zapatero no le ha pedido que compita para desalojar a Tomás Gómez, que ha osado no acceder a sus pretensiones de que abandone la competición entre socialistas, hasta desembocar en unas «primarias».

Tras llevar la responsabilidad de las relaciones internacionales socialistas, con apoyos a la política de Marruecos y el abandono al pueblo saharaui, así como una ausencia de critica a la dictadura guineana que ejerce Obiang Nguema con la aquiescencia de los gobiernos españoles, Trinidad Jiménez se enfrentó a Alberto Ruiz Gallardón por la alcaldía de Madrid. Después de un demoledor fracaso, a pesar de jurar y perjurar que no abandonaría a los madrileños, dimitió en menos de veinticuatro horas para busca mejor cobijo política. Lo encontró en la Secretaria de Estado para Iberoamérica, en el ministerio de Exteriores, actividad que tuvo que suplir en varias ocasiones Bernardino León, actual Secretario General de La Moncloa, debido a sus muchas carencias.

Pero, le tocó la ‘bolita de la suerte´ y Zapatero puso en sus manos el ministerio de Sanidad y Política Social, desde donde se harto de propalar que se volcaría en su nueva función y se olvidaba de la política madrileña. Pero… con esto llegó la llamada de Zapatero, y la dejó a los pies de los caballos de la mayoría de los socialistas de Madrid, que están hasta el gorro de dirigismos.   

Pero, a pesar de su faz tristona, Tomas Gómez, es un currante de muchos kilómetros, y ha hecho frente a las peticiones de Zapatero.  Ante esta osadía, el presidente del gobierno y secretario general del PSOE ha puesto en marcha la maquinaria mediática -especialmentre al Grupo Prisa– y la del partido. Artículos de opinión, noticias tendenciosas, declaraciones de ministros, secretarios de Estado y demás, no van a cesar hasta que se celebren las «primarias», que me temo no se van a producir. Pues Trini, con chupa de cuero o sin ella, no va a soportar tanta tensión en su empotingado rostro.       

Lo barones del PSOE tienen la obligación de convocar cuanto antes un congreso extraordinario para echar a Zapatero como secretario general y luego como presidente del Gobierno
El titular de esta breve crónica lo he escogido de unas declaraciones de Ángel Gimeno, candidato socialista a la Comunidad de Madrid, que va a competir en las «primarias» de su partido, el PSOE, con Tomás Gómez y Trinidad Jiménez, en su afán por destronar a la popular Esperanza Aguirre, según recogía el diario La Voz de Galicia el 10 de este mes en una entrevista realizada por Enrique Clemente:

Ángel Gimeno se muestra muy crítico con Tomás Gómez, pero más aún con la ministra Trinidad Jiménez. Él se define como «un socialista de verdad, al que le repugna la frivolidad de Zapatero«, hasta el punto de afirmar que España solo saldrá de la crisis sin él de presidente, según el diario gallego.

«Saben que quiero presentarme porque envié un burofax a Zapatero, con copia a Pajín y a Trinidad Rollán, secretaria de Organización del PSM, para que me permitieran acceder al censo de militantes, pero como el partido funciona como una secta han tratado de ningunearme, pero yo no me dejo y he montado una red social con 20.000 simpatizantes», asegura el tercer opositor a Esperanza Aguirre.

trinidad-jimenezGimeno  responde a una pregunta del periodista, afirmando lo «crudo» que lo tiene Tomás Gómez si se enfrenta al aparato de Ferraz, y agrega que el riesgo que tiene «es que si debato con él, la gente se dará cuenta de que Gómez a mi lado es como un niño de siete años». Él (Tomás Gómez) «no sabe nada de nada, no tiene preparación ninguna, no se ha enterado todavía de que la crisis que estamos viviendo es como la depresión de 1929».

Su crítica es demoledora: «No tiene el menor conocimiento del mundo de la economía ni de las crisis. Lo único que sabe hacer es criticar a Esperanza Aguirre, pero no por lo que hace. Demuestra una inocencia tan grande que enfrentarlo a Aguirre sería un desastre para el PSM».

Trinidad Jiménez no se libra de su mordacidad: «Ha cometido demasiados fallos. Lo explico en un artículo que he titulado ´La pandemia imaginaria H1N1 de Trinidad Jiménez, en el que critico su megalomanía y su escasa formación científica, política y económica, como sucede con la práctica totalidad de los miembros del Gobierno. Su gestión ha sido pésima, pero lo más grave es que, con la gripe A, estuvo dispuesta a asustar a los españoles solo para gozar de minutos en televisión y promocionarse. Exageró los peligros hasta el extremo de hacer pensar a la gente que podía morirse. En lugar de preocuparse por la salud de los españoles trató de promocionarse de cara al futuro».

Para Gimeno  el principal problema es Zapatero: «Está claro, y lo saben en el PSOE, que con él en el Gobierno nos van a dar un palo de impresión en las elecciones catalanas, que se multiplicará por dos en las municipales y autonómicas. Autonomías donde hemos estado gobernando toda la vida están en peligro, y no por la gestión de Griñán, Vara o Barreda, sino por la del Gobierno, en la que ha habido una cantidad de frivolidades que asustan al miedo».

Y sigue: «Lo barones del PSOE tienen la obligación de convocar cuanto antes un congreso extraordinario para echar a Zapatero como secretario general y luego como presidente del Gobierno, y con él, a todo ese círculo de gente inexperta, inmadura y sin preparación alguna que lo rodea. Como todo mediocre, Zapatero no quiere tener un Gobierno competente de gente inteligente. Cada día que sigue al frente del Gobierno crea problemas al PSOE, y la economía del país retrocede tres meses. Su nominación de Trinidad Jiménez como candidata está dividiendo al partido»