Turquía (Asia)
espacioseuropeos.com (14/9/2010)Presidente de Estados Unidos y Turquia
Los datos no son nada convincentes, a pesar de que los poderes fácticos mundiales hacen denodados esfuerzos por tratar de convencer -sobre todo a la ciudadanía Europea- de la alta participación de los turcos en el referéndum para modificar su Constitución. A estas alturas, todavía no tenemos claro el dato de abstención, aunque oficialmente se dice que ronda el 77 por ciento. Pero, lo cierto es que el 58 por ciento de los inscritos votó a favor de la reforma de la Constitución propuesta por el gobierno.

Esa reforma -hecha de cara a facilitar su entrada en la Unión Europea- consiste en disminuir el poder de los militares y de los jueces.  A pesar de las bondades que encierra esta modificación constitucional, como es que eliminará la inmunidad que hasta ahora ha protegido a los líderes golpistas, otorgará a la Asamblea Nacional turca más poder para nombrar jueces, lo que equivale a un control político de la Justicia. Otras reformas menores, aunque novedosas en el país asiático, son las reformas para poder disolver partidos que atenten contra el Estado laico y libertad a los funcionarios para convocar huelgas.

Para la oposición política, esta reforma amenaza la independencia de la justicia y pone en peligro la separación de los poderes del Estado. Recep Tayyip Erdogan, Primer Ministro de Turquía, nada más conocer la victoria del sí, manifestó que el «12 de septiembre será un día crucial en la historia democrática de Turquía». Esta victoria gubernamental ha contado con el apoyo de la UE, y es un paso fundamental para los partidarios de que Turquía acceda a la UE. No obstante, hay que recordar que tanto Alemania como Francia no son partidarias de que el país asiático no forme parte de la Unión Europea, sino que lo haga como  «asociación».  

La reforma de la Constitución refuerza a Erdogan y a su partido, el AKP, de tendencia islamista moderado.

Los partidarios de la adhesión de Turquía a la UE argumentan que el país es una potencia regional muy importante y conveniente a Occidente, como lo ha demostrado su mediación en los conflictos entre Israel y Palestina o en el programa nuclear de Irán.

Los detractores, opinan, por el contrario, que Turquía es un país asiático, islamista, y que su cultura y tradiciones no tienen ninguna similitud con la europea de raíces cristianas.

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