Mi Columna
Eugenio Pordomingo (7/3/2011)perdiz
Un hacker, que se autonombra como HEXB00T3R, nos ha impedido durante dos días publicar noticias sobre la corrupción, los planes de los malvados, las atrocidades de los dictadores contra sus pueblos, a los que dicen amar, y un sin fin de asuntos más, entre los que, inevitablemente, destaca las necedades gubernamentales y la escasa crítica por parte de la adormecida sociedad española.

El hacker HEXB00T3R, ha hecho su trabajo. Nos imaginamos que algo habrá cobrado por ello, aunque solo sea la simple satisfacción de haber «cumplido con su deber» y la paga mensual más dietas. Nosotros hemos cumplido también con nuestra labor: denunciar ante la Guardia Civil lo sucedido, y de paso aportar algunos datos acerca de los que merodean por nuestros equipos informáticos y las maldades que intentan hacernos.

Nos hubiera gustado publicar la captura por parte de agentes de la Guardia Civil del último, de momento, comando etarra, autor de las muertes del inspector del Cuerpo Nacional de Policía, Eduardo Puelles, hace dos años, y del brigada Luís Conde, en el año 2008. Pero, la hacemos ahora en esta breve reseña.

El ataque informático nos ha impedido recoger puntualmente las manifestaciones almibaradas de la ministra de Defensa, Carme Chacón, que dijo sentirse «cada vez menos nacionalista», sentimiento que abandonará con seguridad cuando su deseo de ser candidata a la presidencia de España se vea abortado. Seguro que volverá a ceñirse la camiseta que los separatistas catalanes confeccionaron, en la que estaba escrito en español el siguiente texto: «Todos somos Rubianes«. El textil se elaboró para apoyar a Pepe Rubianes, un actorcillo, que en la televisión catalana, se despachó a gusto y placer con «que se metan a la puta España por los cojones» y otras lindezas por el estilo, en las que no faltaron los «españoles me sudan los cojones».

Hemos perdido dos días por culpa del hacker HEXB00T3R, pero a cambio hemos sabido quiénes son nuestros amigos y quiénes no. Los primeros han lamentado lo sucedido y, en muchos casos, nos han ofrecido medios para seguir editando, si disponían de ellos; otros, sin embargo, con los que creíamos compartir la misma causa, han estado mudos, sordos y ciegos. Ellos mismos, cual escorpiones, se han suicidado.

Seguro que en breve sabremos algo más sobre el ataque informático del que hemos sido objeto. Hasta ahora, desconocemos su origen -ellos mismos se definen como «turcos, islamistas y mafia»-, aunque sí sus intenciones, que no son otras más que las de tratar de amedrentarnos o silenciarnos.

No sabemos si el hacker que nos atacó es islamista, obianguemista o, simplemente, una perdi, pero nosotros, como Anakin, el personaje de la «Guerra de las Galaxias», decimos,  «Que la Fuerza te acompañe maestro».

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