ciaEstados UNidos/Italia
espacioseuropeos.com (1/3/2007)
La Administración Bush ha anunciado que rechazará cualquier petición que la Justicia italiana haga respecto a la extradición de los agentes de la CIA acusados del secuestro del clérigo Abu Omar, llevado a cabo en Milán.

Recordemos que este caso salió a la luz gracias a las investigaciones del senador y fiscal suizo Dick Marthy, que acusó a los gobiernos de varios países europeos de mantener una actitud pasiva acerca de las actividades ilícitas del espionaje norteamericano en territorio europeo.

Marthy, reveló, por ejemplo, el caso del secuestro en 2003, en la ciudad de  Milán, del clérigo  Abu Omar, a consecuencia del cual la Justicia italiana tomó cartas en el asunto. Armando Spataro, fiscal de la ciudad de Milán viajó a Madrid para entrevistarse con los responsables de la investigación de los vuelos de la CIA que hicieron escala en el aeropuerto de Palma de Mallorca. 

El senador Marthy se asombraba de la pasividad de los Gobiernos europeos, a la vez que comentaba en su informe, entregado al Consejo de Europa, que la Secretaria de Estado de EE. UU., Condoleezza Rice, había justificado, lo que ella llama, «entregas extraordinarias».

Respecto al secuestro de Omar, el fiscal Spataro afirmó que habían participado 22 agentes de la CIA y que una testigo vio cómo uno de los secuestradores hablaba por el teléfono móvil en el momento del rapto. A través de esos datos, las autoridades italianas localizaron a los agentes, algunos de ellos estaban acreditados en el consulado de Estado Unidos como personal del mismo.

Los datos aportados por Spataro hacen mención a cómo el egipcio Abu Omar fue trasladado por la fuerza hasta el aeropuerto militar de Aviano (Italia), desde fue llevado hasta la base militar estadounidense de Ramstein en Alemania. Y de allí a Egipto.

Si la Administración Bush ha adelantado ya su negativa a la extradición de esos 22 agentes de la CIA, es lógico pensar que hará otro tanto con el caso del asesinato de Nicola Calipari, jefe de los servicios secretos italianos en Oriente Medio, que resultó muerto por disparos realizados por soldados estadounidenses en el transcurso de la liberación de la periodista Giuliana Scregna, que había sido secuestrada por la resistencia iraquí. Calipari murió al tratar de proteger con su cuerpo a la periodista de los disparos de los soldados estadounidenses.

En este caso, la Justicia italiana reclama la comparecencia del soldado norteamericano, Mario Lozano, perteneciente al 69º Regimiento de Infantería de Nueva York.

En consecuencia, tanto los agentes de la CIA como el soldado Mario Lozano serán juzgados en «ausencia» y si son condenados decretarán su «busca y captura» a través de Interpol.