Europa/Libia
Javier Perote Pellón (1/4/2011)bombardeos-en-libia
Es mucha la gente que en principio y sin mayor análisis  siempre se sitúa del lado de la víctima salvo que esta sea especialmente repugnante; cualidad no  aplicable a ese histriónico botarate de Gadafi. La imagen que de él tenemos es de elaboración propia; le ha gustado ir por el mundo metiendo miedo como si del hombre del saco se tratara, y esa imagen concienzudamente trabajada, pero a peor, es la que se está utilizando con toda la mala uva, que es mucha, para convencernos de que todo lo que se haga contra él se lo tenía merecido y que esta  hipócrita alianza  no persigue otros fines que proteger a la población civil por razones humanitarias.

Desde que empezaron los bombardeos ha muerto más gente civil que cuando se enfrentaban a solas los dos bandos, con la particularidad de que las bombas, incluso las inteligentes (americanas), no distinguen cuando caen a voleo  si este o aquel civil es partidario o no de Gadafi.

Siempre se ha dicho que la primera víctima de una guerra es la verdad. Cuando fue la del Golfo contra Sadam nos metieron hasta en la sopa las imágenes de aquel pájaro embadurnado y atrapado en el  petróleo  y la de la  mujer velada que solo dejaba ver sus ojos y se presentaba como víctima de la invasión de Kuwait. Luego se supo que el pajarito no pertenecía a esa guerra, que esas imágenes fueron tomadas cuando la marea negra de 1989 producida por el Exxon Valdez en Alaska, y la joven del velo era una profesional de algún lugar  del sur de España pagada para el caso por un conocido empresario que tenía negocios en Kuwait. Ahora  nos vuelven a tomar el pelo y ya tenemos a no se qué importante personaje americano diciendo  que Gadafi está llevando los cadáveres de un lado a otro para presentarlos como víctimas de los bombardeos. Sobraba tal esfuerzo para convencernos pues todo el mundo sabe que las bombas de los buenos no causan víctimas. En esta guerra no veremos victimas salvo las trashumantes antes dichas y las 336 del Congreso de los Diputados víctimas de su propia credibilidad.

Desde el principio se ha visto que ha sido Francia la que más interés tenía en organizar esta movida y será la que más beneficios saque de ello; se puede decir que es su guerra. Y ahí estamos nosotros, de palanganeros en esta aventura, olvidando que cuando la crisis de Perejil, Francia (Chirac) se puso totalmente a favor de Marruecos ¿Qué  demonios pintamos nosotros aquí ahora haciéndole el juego a Francia?

Todos los políticos del Congreso de los Diputados (solo tres  excepciones), han manifestado que votaban si por razones humanitarias, pero como ya he señalado en otro artículo conviene recordar que fue Francia la que en el Consejo de Seguridad vetó  que la misión de la  ONU se ocupara de vigilar las violaciones de los derechos humanos que sufren permanentemente  los saharauis. Por entonces, ninguna de las naciones de esta alianza se opuso a ese veto ¿de qué razones humanitarias hablan?  Es más, hasta Marruecos que se negó a ir a Estocolmo a la  ceremonia  de concesión del  Nobel de la Paz al defensor de los derechos humanos el chino Liu Xaobo, también apoya la guerra de Libia ¡por razones humanitarias!

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