Guinea Ecuatorial
P. O. /Corresponsal (2/5/2011)rebola
Durante la tarde del pasado 30 de abril, sobre las 15:30 horas de Malabo, las fuerzas de seguridad del dictador Teodoro Obiang Nguema procedieron a la detención del señor Ebesi, más conocido por el alias de  Sialo. La detención tuvo lugar en la localidad de en Rebola.

Su detención está relacionada con la expropiación o usurpación que en diferentes zonas de Malabo se produce por motivos, supuestamente, relacionado con el llamado Plan de Desarrollo 2020, que el gobierno está llevando a cabo. Cuando se produce alguna expropiación normalmente se justifica que se hace por motivo de «interés nacional», pero en la mayoría de los caso -como hemos comoprobado- son intereses personales.

El señor Ebesi y otro propietario se encontraban en sus fincas el día en que fueron detenidos, cuando  se percataron de la presencia de varios  bulldozer de la empresa egipcia Arab Contractor, que se disponían a limpiar los terrenos de su propiedad. El hecho tuvo lugar en las cercanías del kilómetro 7 de la carretera Malabo-Rebola.

No se tiene claro cuál es el proyecto de desarrollo que, supuestamente, dice estar realizando el gobierno en esa zona, ya que los propietarios de las fincas destrozadas no tienen ninguna información al respecto ni han sido consultados para proceder al desalojo o no de sus propiedades. Solo se trata de una situación de fuerza.

Antes de la detención del señor Ebesi, él y un vecino, Gerardo Calaki, habían mantenido una acalorada discusión con los trabajadores de la empresa Arab Contractor y un representante guineano del proyecto. Los propietarios de las fincas al no llegar a un acuerdo con la representación de la empresa  egipcia, procedieron a abandonar el lugar y regresar a la villa de Rebola. Pero, poco después varios efectivos policiales, procedentes de Malabo, detuvieron a Ebesi en su puesto de trabajo. Hasta el momento su familia desconoce dónde ha sido trasladado y de qué se le acusa.

Por otro lado, informamos que ni en Malabo ni en Bata ha tenido lugar manifestación alguna, ni autorizadas ni gubernamentales. Eso sí, los ánimos «están a flor de piel», como se dice por aquí.