Adelaida Gómez (28/3/2008)

En un mar de silencio, donde nadie osa ni el más mínimo comentario que pueda molestar a la Monárquica, nos ha llamado la atención que algunos medios de comunicación y compañeros de profesión, hayan publicado o comentado en tertulias televisivas, lo que se ha dado en llamar «el encontronazo entre el Rey Juan Carlos y el periodista Jaime Peñafiel».

 Fue con ocasión del cumpleaños de Sabino Fernández Campos donde se produjo ese «encontronazo». Las versiones son varias y distintas. Una de ellas mantiene que Peñafiel le tendió la mano al monarca y que éste se la aceptó. No sabemos con exactitud el contenido del breve encuentro, pero a tenor de las «sutilezas» con las que el periodista adorna sus comparecencias en diversas tertulias en radio y televisión, no debió ser nada cariñoso.

Parece que el monarca le reprochó el contenido de su último libro «Juan Carlos y Sofía. Retrato de un matrimonio», de la editorial «La esfera de los libros», donde Peñafiel  relata minuciosamente una serie de supuestas desavenencia matrimoniales.  Por cierto, en este libro se ha eliminado ya cualquier referencia a Bárbara Rey.

Volviendo al encuentro en el cumpleaños de don Sabino. Algunos medios han publicado el breve diálogo que mantuvieron periodista y Monarca. El Rey le dice a Peñafiel: «No creí que tuvieras el valor de saludarme, después de lo que has escrito»; y el periodista le responde: «precisamente eso era lo que deseaba, «hablar» con Su Majestad».

El Rey levantando la voz  contesta: «Comprenderás que no tenemos de qué hablar»; y acto seguido abandonó la tertulia que mantenía con unos cuantos periodistas. Esta información la ha facilitado el Confidencial Digital, sin embargo otras fuentes comentan que no se hablaron.

Este «encontronazo» de ahora tiene, como todos sabemos, su orígen. Por ejemplo, son públicas y notorias las críticas de Peñafiel hacia Letizia  Ortiz. En una entrevista que la revista TodoEllas, mantuvo con el periodista unos meses antes de la boda, éste comentó lo siguiente: «Una reina no puede tener pasado porque éste siempre será presente. El de Letizia no es el adecuado ni tan siquiera para novia del hijo de un notario y quien dice un notario dice cualquier otro profesional, empleado u obrero».

Desgarradora fue la respuesta que dio Peñafiel en la misma revista referente a otro «desencuentro» -en este caso con la Reina Sofía-, a propósito de la muerte de su única hija Isabel: «La Reina no quiso, no pudo o no supo escucharme cuando solicité una audiencia para hablarle de la droga en la que estaba enganchada Isabel».

Pero sin duda alguna, la puntilla en ESAS RELACIONES, OTRORA EXCELENTES, LA TUVO LA PUBLICACIÓN DEL LIBRO «Juan Carlos y Sofía. Retrato de un matrimonio».  En este volumen, Jaime Peñafiel cuenta de los Reyes, los «cabreos» habidos entre ellos, con «con exabruptos incluidos», que en muchas ocasiones finalizan con el llanto de la Reina.

En cierta ocasión, según aparece en el libro, el Rey desesperado, le llegó a gritar a la Reina: «Te odio, te odio»; a lo que ella, respondió: «Ódiame, pero jódete, porque no te puedes divorciar».

Los desplantes del Rey a la Reina, y sus aficiones a la caza y a «ocios diversos» le han alejado en muchas ocasiones de la Reina: «Casi nunca los Reyes duermen en la misma cama», ha dejado escrito Peñafiel. Según el autor, «durante 18 años el Monarca compartió íntima amistad con una decoradora catalana, una mujer que pertenecía al grupo de amistades del Rey en Palma de Mallorca»  y con quien, al parecer, se veía cada vez que visitaba la isla. Su nombre, mantiene Peñafiel, es  Marta Gayá.

De este libro, estos desencuentros de ahora…