Guinea Ecuatorial
Simiescus (4/3/2012)simiescus
Me encontraba descansando en las cercanías del cruce de  Niefang (Bata), cerca del «puesto de control» de los militares y la Seguridad del mandamás de aquí, tras haber practicado las abluciones matinales, y copular con la Simiesca y engullirme un buen racimo de bananas, cunado recibo la llamada de un congénere que habita em la Madre Patria.

¡Simiescus -me dice- hay un reportaje sobre Guinea Ecuatorial en el diario ´El Mundo´ el de Pedro J. Ramírez, que te va a gustar. No veas lo que dice de ´Teodorín´, te vas a quedar patidifuso….

Otra boutade, pienso, pero bueno habrá que leerlo.

Cuando me desperezo y comienzo a bajar del Okume, siento a dos gabachos parloteando. Paro en mi descender y presto atención.

Son dos empleados (capataces) de GETESA, que comentan que Obiang Nguema les ha dado unos días para abandonar la empresa. Comentan, también, que a la compañía (la más importante que construye los edificios del Estado-Gobierno-Clan) le han quitado las obras pendientes. Los dos gabachos están más que preocupados. Y, algo curioso, se refieren a los chinos y los latinos; de los primeros comentan que se van a quedar con todo. Y de los segundos que son ahora los que se encargan de las cárceles, de las investigaciones y de dar candela. ¿Dónde han quedado los israelitas?, me pregunto.  Pero, allá ellos, son cosa de los humanos y encima blancos.

Me pongo en contacto con un amigo que habita cerca de las «caracolas», y le pregunto sobre lo publicado hoy en un periódico de España. Mi amigo se lo sabe todo; se traga la letra impresa como si fueran papayas. Ha estudiado con los claretianos.

Me dice lo siguiente: «Lo del diario ´El Mundo´ es como lo que suelen publicar los otros diarios de tirada nacional. De vez en cuando lanzan algo, que ya han publicado en España, espacioseuropeos.com, Asodegue, la página de la Candidatura Independiente, el Gobierno en el Exilio, guineoecuatorial.net, y otras. Es un «corta» y «pega». Ni más ni menos. Hombre, tiene su importancia. Es un síntoma. Pero la cuestión es otra…»

¿Cual?, le pregunto.

Coño, no te enteras de nada.  Esto -me refiero a lo de París- es el comienzo. Son las presiones de las ONG que viven y perviven del sobre de petroleras y gobiernos (servicios secretos), para atosigar al dictador. Después vendrá algún escándalo gordo del sátrapa; quizás algún conato de rebeldía interna y más tarde el hachazo, físico o virtual, pero hachazo a fin de cuentas….

Me rasco la cerviz. No me entero, pero aparento estar en la onda.    

– ¿Entonces…?, le interrogo haciéndome el interesante.

Pues está claro, leches. Van a por el sátrapa. Hay varias estrategias en marcha. Pues el Obiang de ahora no es el de antes, ni mucho menos. Además, ahora hay todo un establishment, gente que ha estudiado, hijos del Poder, pájaros que ya no se conforman con la pequeña dádiva del blanco ni del negociete con alguno de la cooperación. ¡Que va! Ahora, van a lo grande. De Pocero y Bono para arriba. Arístegui les viene un poco lejos, pues ahora mora en la India. Lo cierto es que no lo tienen claro, me refiero a los franceses, aunque éstos ya se sabe, cuando no lo tienen claro tiran por la tremenda y encima después quedan como progres y humanistas. Que se lo pregunten a Libia, su última hazaña.

teodorin-segun-el-mundoM amigo, el leído, se percata de mi manifiesta incapacidad para analizar esos vericuetos de la alta política, y presto me dice:

– Van a por él; pero antes hay unos prolegómenos. Es como en el amor. No como lo hacéis vosotros. Nosotros los humanos nos intercambiamos arrumacos antes, y después…al ataque.  

Tratando de mostrarle mi interés, le pregunto por el doctor Wenceslao del CPDS, que está en la cárcel.

– No se si sabes que Wenceslao es cuñado de Agapito Mbá Mokuy el que estuvo en la UNESCO y el muñidor de eso del Premio Obiang de la Unesco; pues bien, yo creo que él hará algo por sacarlo del trullo, pero no se, ya sabes…

Me quedó un poco pensativo, y cuando voy a preguntarle me dice:

– Oye, te tengo que dejar, que llaman los de ´Angels y Carpenter´. Ya hablaremos…

Me quedo más pensativo que cuando le llamé; y es que cuando uno sabe algo se da cuenta que cada vez sabe menos.