espacioseuropeos.com  (29/3/2009)mugabe-y-obiang
Robert Mugabe sigue en el poder a pesar de que hace un año perdió las elecciones generales frente al opositor Morgan Tsvangirai, líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC).

El cambio que quería el pueblo se produjo en los comicios celebrados hace un año, pero el dictador Mugabe no cedió el poder y, a pesar de las amenazas de la comunidad internacional, especialmente de Gran Bretaña, lo cierto es que Mugabe continúa en el poder.

Ni las huelgas de funcionarios n la epidemia de cólera que se ha cobrado más de 4.000 muertos, y que siguen asolando el país, han podido con la obstinación de Robert Mugabe de permanecer y perpetuarse en la presidencia.

En junio del año pasado, el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, se retiró de las elecciones en el país africano debido a las «presiones» del presidente Robert Mugabe. Tsvangirai declaró a los medios de comunicación que «Mugabe ha declarado la guerra y nosotros no vamos a ser parte de ella».

Tsvangirai, líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MCD), decidió no participar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Zimbawe, debido al peligro de guerra civil. De esta forma, el opositor a Mugabe dio por terminada una etapa de más de tres meses de agresiones contra sus militantes, que ha causado más de 86 muertos, 10.000 heridos y más de 200.000 huidos.

 La brutalidad, la violencia y la falta total de libertades salieron victoriosas en Zimbawe. De esta forma, Mugabe continúa siendo presidente durante los próximos cuatro años, ya que su candidatura política es la única que se presentó a esos comicios.

 Tsvangirai, en rueda de prensa televisada en directo, manifestó que «en el MCD no podemos pedir a nuestros seguidores que voten pues eso les podría costar la vida. Hoy es imposible celebrar elecciones libres y justas en Zimbawe», opinión que parece compartir gran parte de la comunidad internacional.

 Tras realizar estas declaraciones, Morgan Tsvangirai, pidió ayuda a la ONU y a la Unión Africana para poner fin al «genocidio  que se está viviendo en Zimbawe».

 Las reacciones no se hicieron esperar. Washington y Londres (ex potencia colonial) condenaron la campaña de intimidación y agresiones de Mugabe, anunciando que  el Consejo de Seguridad de la ONU podría tomar algunas medidas.

 Mugabe está en el poder desde 1980; desde esa fecha ha conseguido situar a su país en la cola en lo que se refiere a inflación, renta per capita e inseguridad jurídica. La carencia de petróleo y una política dictatorial y un régimen de total corrupción, ha echado a Mugabe en los brazos de Obiang Nguema.

 Ahora un grupo de 18 países e instituciones multilaterales se comprometieron a dar más ayuda humanirobert-mugabe1taria a Zimbawe si su presidente se compromete a realizar reformas en el país.

 En un comunicado, el Departamento de Estado de EE. UU., y esos 18 países se han comprometido a incrementar «en lo posible» las contribuciones para asistencia humanitaria, pero a cambio han pedido al gobierno de Zimbawe un «mayor compromiso para restaurar las leyes, estabilizar la economía y respetar la seguridad personal y los derechos humanos».

 Australia, Canadá, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos se reunieron el pasado 20 de marzo en Washington, junto a representantes del Banco de Desarrollo Africano, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y de las Naciones Unidas, para discutir cómo ayudar al país a recuperar la estabilidad.

 Las amenazas de dar fin a esa dictadura africana, que se hicieron hace ahora un año, han pasado al olvido… Mugabe conoce, como todos los dictadores, que sólo es cuestión de esperar…

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