espacioseuropeos.com (20/4/2009)carcel-de-topas-en-santander
En España, el 60  por ciento de los presos encarcelados son extranjeros, a pesar de que la población inmigrante no supera oficialmente el 12 por ciento. El número de reclusos españoles ha aumentado un 29 por ciento, mientras que el de extranjeros lo ha hecho en un  228 por ciento.

Un porcentaje demasiado elevado, si se tiene en cuenta que la población extranjera no supera el 12 por ciento, de acuerdo con datos oficiales.

Con estos datos, nos situamos en que más del 35 por ciento de los reclusos son inmigrantes. Desde el día 1 de enero del año 2000, la cifra de presos españoles creció  en 10.700 personas (un 29 por ciento), en tanto que los extranjeros lo hicieron en 18.100, que equivale a un 228 por ciento. Es decir, que desde el año 2000, de cada diez personas que han ingresado en centros penitenciarios, seis son inmigrantes.

Esta situación no va a mejorar a corto plazo a pesar de las promesas que hace el Gobierno. Un informe de la Comisión Europea vaticina que antes de que acabe el año 2010, el 50 por ciento de los presos que se encuentran internado es España serán extranjeros.

El hacinamiento y la conflictividad en los centros penitenciarios españoles está a la orden del día. Según datos de sindicatos de funcionarios de prisiones, en 20 de las 87 cárceles españolas se supera en un 200 por ciento la capacidad de plazas.

Desde enero de este año, ingresan cada día en cárceles españolas, un promedio de 19 personas, mientras que en el año 2000 la cifra era de 2,5 y en 2001, de 6,7.

Hay centros penitenciarios donde el número de internos es muy alto. Un ejemplo, la cárcel de Topas (Santander), donde el 80 por ciento de los 1.740 reclusos son extranjeros, según datos del sindicato Acaip, «lo que hace la convivencia diaria difícil y peligrosa, en una cárcel que además tiene una ocupación del 172%. Es una verdadera torre de Babel distribuida en módulos, controlados por distintos grupos: los marroquíes, los latinos, los rumanos, los africanos…»

Las cifras que aporta este sindicato son una muestra del panorama que se vive en los centros penitenciarios: «las cárceles españolas las albergan presos de más de 80 nacionalidades. Las colonias más numerosas son, en este orden, los marroquíes, los colombianos, los argelinos y los rumanos, que han crecido un 150% en cinco años».

Las previsiones gubernamentales son que hasta 2012 el sistema penitenciario español contará con 8.920 celdas más, «distribuidas en once nuevas prisiones, aunque también está previsto que se cierren otras cinco: Martutene, Pamplona, Nanclares, Soria y Ceuta», lo que supone un incremento importante del gasto público.

Especialistas en la materia apuntan a que España debería llevar a cabo un retorno de los presos extranjeros a sus países de origen, de esta forma se aliviaría el actual problema de las prisiones españolas, a la vez que esos internos se encontrarían en un entorno más cómodo por razones de idioma -en muchos casos- y, sobre todo, por la cercanía familiar.