espacioseuropeos.com (12/5/2008)  

Rusia guarda silencio, pero cada día los rumores sobre una entrada de tropas rusas en Afganistán se  extiende más. Es sintomático, no obstante, que Nurulhaq Olumi, presidente del Partido de Unidad Nacional de Afganistán, que en la actualidad está integrado en el bloque opositor denominado  Frente Nacional, haya declarado que esos rumores son infundados y que son hechos por grupos terroristas y Al Qaeda, así como por «los extranjeros interesados en que en Afganistán prosigan la crisis, los disturbios y la inestabilidad», según una entrevista realizada por la agencia de noticias rusa RIA Novosti a este veterano político.

Olumi, que además es general, tuvo bajo su mando en la década de los 80 el Segundo Cuerpo de Ejército en Kandagar y era  gobernador de esa provincia. En 1989, tras la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, Olumi restableció la calma en la  ciudad pactando con el grupo opositor.

El argumento de Olumi para negar esa posible intervención rusa es el siguiente:  «La Tierra ha tornado muy pequeña, los pueblos afrontan problemas muy parecidos hoy día. En la actual Federación Rusia nadie ve la URSS. La distribución de las fuerzas en la región es muy distinta a la que era en la época de la Unión Soviética. ¿Qué necesidad tiene Rusia para introducir sus tropas en Afganistán?»

«Si Rusia decide participar en la reconstrucción de Afganistán en el marco de las fuerzas de la OTAN, ISAF u otras, sólo deberíamos aplaudirlo», respondió el líder afgano. Para él, muchos países de Europa del Este «están cumpliendo tareas hoy día en Afganistán, en particular, lo hacen los ucranios y los rumanos. En la época de la guerra fría, la cooperación con la URSS se llamó incursión, pero actualmente lo llamamos cooperación internacional. El Gobierno afgano ha firmado documentos de la cooperación estratégica con EEUU y otros países. Todo ello se llama cooperación hoy día».

No es de extrañar que dentro de pocas veamos al Ejército de la Federación Rusa participando en Afganistán, junto a la OTAN, en «tareas de paz y reconstrucción».