Emily Juett (7/6/2008)

Ali Mojtar, Delegado Saharaui para la Comunidad de Madrid, ofreció una charla sobre la situación actual del pueblo saharaui y el rol fundamental que desempeña nuestro país en la solución de este conflicto con años de historia.

La charla-coloquio que organizó el foro «Otro Mundo es Posible» para el mes de mayo se centró en el conflicto saharaui, problema «enquistado» desde hace más de 30 años. Mientras el pueblo pide independencia, la Sociedad Internacional mira hacia otro lado, ignorando las resoluciones de autodeterminación dictadas por la ONU desde los años sesenta. El papel protagonista de España, potencia colonizadora del Sáhara Occidental, también fue tema de debate.

El pueblo saharaui fue recordado el pasado día 13 de mayo gracias al foro ciudadano «Otro Mundo es Posible», que organizó otra de sus charlas-coloquio, esta vez titulada «Sáhara, un pueblo en busca de su libertad».

El ponente invitado fue Ali Mojtar, Delegado Saharaui para la Comunidad de Madrid, acompañado por el Coronel Javier Perote, gran entendido en esta materia por su amplia experiencia en la zona.

Tras un discurso introductorio de Eugenio Pordomingo en el que realizó un recorrido por la reciente historia del Sáhara, pasando por acuerdos, conferencias, intereses comerciales y económicos por parte de los implicados -Marruecos, España y Mauritania-, enfrentamientos y conflictos, se dio paso a Ali Mojtar, periodista, diplomático y ex delegado del pueblo saharaui en Aragón, que cumple ya 8 años en España.

Mojtar comenzó explicando que el papel de nuestro país en el problema del Sáhara es más importante de lo que muchos pueden imaginar. Tras la guerra de África en 1860, a España se le reconoció la línea costera saharaui. La Conferencia de Berlín (noviembre de 1884 a enero de 1885) supuso un elemento crucial para la llegada a la situación actual. Las principales potencias de la época se reunieron para «repartirse África», y a España se le adjudicó una parte del Sáhara.

Los habitantes de la zona fueron repartiéndose paulatinamente por las ciudades que se empezaron a levantar y acudían a las escuelas que empezaban a surgir. Incluso los españoles se instalaban allí con sus familias, colonizando el lugar poco a poco. En los años 60, en el continente africano se comenzó a hablar de «libertad», gracias a la resolución 1514 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que establecía que «todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación», por lo que los países colonizadores deberían hacer un esfuerzo por garantizar la voluntad de los pueblos colonizados. Hasta ese momento, apuntaba Mojtar, Marruecos estaba de acuerdo con la independencia del Sáhara y la celebración de un referéndum, pero su opinión cambió drásticamente cuando se comenzaron a explotar las múltiples riquezas de la zona.

Mientras tanto, los saharauis se preparaban culturalmente para su futura libertad, educando a una élite que sería capaz de llevar las riendas del Estado cuando éste fuera reconocido como tal. En 1975, cuando Marruecos reclamó derechos ancestrales sobre el territorio, «pensábamos que España estaría ahí, junto a nosotros», debido a la inevitable cercanía de los saharauis con la cultura y el idioma españoles. Sin embargo, los Acuerdos de Madrid demostraron lo contrario.

En noviembre del 75, representantes de España, Marruecos y Mauritania se reunieron para tratar el asunto. España acabó transfiriendo la administración del Sáhara Occidental a ambos países a cambio de diversas prestaciones, muchas de ellas secretas.

Ante esto, el pueblo saharaui quedaba abandonado, con más de 200.000 habitantes -muchos de ellos españoles- puestos a disposición de las voluntades e intereses de Marruecos. Mojtar admitía que los acuerdos se firmaron en una época complicada para España, por lo que en su momento pudo ser comprensible esta cesión; sin embargo, «treinta años después se sigue abandonando al pueblo saharaui», cuando existen varias resoluciones de la ONU en las que se reconoce el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

En el Sáhara se había materializado el descontento del pueblo por su situación de sumisión y dependencia en un movimiento de liberación pacífico que sería conocido como el Frente Polisario. Aún hoy sus partidarios siguen reivindicando algo tan simple como «ir a las urnas para dejar un voto», pero, según explicaba el delegado, los intereses de España, Francia y Estados Unidos son muy fuertes.

Ya se han realizado multitud de concesiones por parte del pueblo saharaui con el fin de que Marruecos acepte la celebración de un referéndum, comentaba Mojtar, pero nunca es suficiente y el monarca de turno rechaza sus peticiones sin que la Sociedad Internacional haga nada al respecto. «Si no se permite al pueblo saharaui hablar, no hay solución posible a este conflicto», aseguraba el delegado, y por ello «pedimos a España que presione a Marruecos, a pesar de sus buenas relaciones comerciales».

A continuación, el Coronel Javier Perote inició su turno criticando la actitud de los políticos hacia este tipo de conflictos. Aseguró que los partidos están «traicionando» al pueblo saharaui por mirar hacia otro lado, cuando está claro que «España tiene una responsabilidad con este pueblo». La Sociedad de Naciones, continuaba, confiaba en España para asumir sus obligaciones sobre el territorio que le concernía, y no cumplió con ellas. En definitiva, «hay una obligación moral pendiente con el pueblo saharaui».

Los asistentes tuvieron la oportunidad de hacer preguntas a los ponentes invitados sobre la situación del Sáhara tras el fin de la conferencia. Alguno dudaba sobre la situación del pueblo actualmente, por lo que Ali Mojtar aclaró que existe una dominación marroquí sobre los habitantes de la zona, a lo que se suma la represión y las vejaciones constantes por parte del gobierno de Marruecos.

Además, se busca que el Frente Polisario viole los acuerdos de paz entre el Sáhara y Marruecos para así iniciar un conflicto militar y poner fin a las aspiraciones del pueblo en materia de autodeterminación. También se preguntó acerca de la guerra iniciada por Marruecos para conquistar la zona del Sáhara, que fue relatada por Mojtar.

«Cuando Marruecos decide invadir, quiere acabar con la resistencia saharaui a cualquier precio». Se desplegó una fuerza «brutal» que llevó a los saharauis a huir, perseguidos en todo momento por el ejército marroquí. El pueblo tuvo que pedir ayuda a Argelia, que cedió un trozo de su territorio para garantizar la seguridad de la población más indefensa, niños y mujeres. Después, «volvimos al frente, donde encontramos a Marruecos y a Mauritania». Ante el panorama, los saharauis decidieron centrarse en el más débil, Mauritania, que se acabó retirando.

Marruecos, violando los acuerdos de Madrid, ocupó la antigua zona mauritana y ejerció su represión sobre el pueblo saharaui, que ahora sobrevive en los campos de refugiados con el apoyo de la ayuda humanitaria.

Aportando un toque positivo a la jornada, Mojtar y Perote aseguraron que el Frente Polisario está representado en más de 80 países, y que se está creando una conciencia de lucha contra los intereses de unos pocos y a favor de la libertad de muchos. Mojtar quiso cerrar el encuentro ofreciendo un mensaje de esperanza: «la República Árabe Saharaui Democrática será el Estado más tolerante y más democrático» de su entorno, y en él, garantizaba, las mujeres juegan y jugarán «un papel fundamental», a diferencia de lo que ocurre en los países árabes colindantes.

Porque «somos la garantía de la libertad, la democracia y el aperturismo», la sociedad española ha de tomar conciencia de la gravedad  del asunto y exigir que se tomen medidas desde el Gobierno, ya que éste es el único que puede acabar con esta triste situación.

N. de la R.

Este artículo se publica gracias a la gentileza de la autora y la «Información de Galapagar».