B. P. (1/9/2008)
Identidad Andaluza, publica una jugosa entrevista a Julio Anguita, realizada por Esther Esteban. Las valientes e interesantes preguntas de la periodista dieron estas respuestas del «Califa de Córdoba», como cariñosamente se le conoce a Anguita.
La respuesta sobre la Constitución y la Transición, la resume el político así: «La Constitución fue fruto de un apaño entre las cúpulas partidarias y los restos del franquismo que querían pasar el Jordán manteniendo sus privilegios económicos y políticos para la nueva situación. Aquella Transición fue exaltada como modélica, porque se había vuelto al sistema democrático sin traumas y sin sangre. Pero al paso de 30 años se ha visto que aquello no fue así. Se les perdonó todo, volvió la dinastía borbónica que había sido echada de España en el 31, y se instauró un sistema llamado democrático en el que hemos visto que no existe la independencia de los tres poderes».
«Este país ha continuado siendo el reino de la corrupción, del robo, del latrocinio y de la especulación, del favoritismo y de la impunidad para los grandes. Todo aquel montaje -que nació con unas Cortes Constituyentes y con una Constitución contradictoria: por una parte, los españoles son iguales ante la ley, pero la Familia Real no lo es- está pasando factura», continúa Anguita.
La periodista le pregunta -más bien afirma- que el Rey fue el garante de la democracia, a lo que el político cordobés responde: «Pienso que el Rey sabía lo que se estaba cociendo. No me creo que la Junta de Defensa Nacional y el Cesid no informaran al Rey de lo que se estaba preparando. Lo que pasa es que aquí había varios conjurados sobre un silencio y un equívoco en el que estaba mucha gente. ¿Por qué llama Milans del Bosch y pregunta por Armada y le dicen que ni está ni se le espera? Porque saben perfectamente a lo que juegan. Aquí había un acuerdo para que Armada o el elefante blanco convencieran a los portavoces para que en vez de votar a Leopoldo le votaran a él».
Julio Anguita es contundente «Naturalmente, el Rey borboneó, intentó pastorear, y cortó cuando tenía que cortar. Se puso el traje de capitán general y salió revestido de demócrata, pero estaba en la pomada y aceptó un golpe de timón más bien parecido a la dictablanda de Primo de Rivera que a lo que pretendía Tejero, que era disparatado».
Anguita deja claro que para él la solución es una nueva República, la Tercera República. Considera que el Estatut de Cataluña es «una chapuza»: «El error ha sido modificar estatutos sin modificar la Constitución, con lo cual hemos llegado a una especie de monstruo de Frankenstein hecho a pedazos. Yo planteo una Constitución federal que para mí es un estado unitario, porque en la medida en que se acepta el Estado federal los distintos estados o comunidades son parte del Estado español. La Generalitat de Cataluña es Estado español, les guste o no. Y la Lehendakaritza es Estado español, les guste o no, porque el Estado español tiene tres administraciones: la local, la autonómica y la nacional. Por eso, cuando hablamos de la negociación del Estado con las autonomías se comete un error. Será la negociación entre la Administración central y la autonómica».
Más contundente aún se muestra Anguita al responder sobre ETA: «Después de tantos intentos en estos años, hay que concluir que lo de acabar con ETA es una cuestión de policías y jueces. Dialogar con ellos no sirve de nada. Esta gente no entiende lo que puede significar la lucha política, y además ya han hecho de la violencia un modus vivendi».
Más claro que el agua… Julio Anguita dixit.