Abaha (3/9/2008)
En términos taurinos «entrar al trapo» significa que el toro o astado sigue el señuelo (capa o capote) que le tiende el «maestro» o torero con la finalidad de cansarle, domeñarle y trastearle, para al final, tras las «suertes» de banderillas, pica y demás, darle el estoque final. Algunas veces se recurre a la «puntilla», pero son las menos. El final casi siempre es el mismo: el toro al arrastre…

Pues bien, con algún sector de la oposición guineana acontece algo similar, con perdón. El torero, en este caso, Teodoro Obiang Nguema, ha tendido un señuelo (hay que volver a casa; en España lo pasáis mal, y aquí hay mucho dinero, todo está por hacer), y cierto sector de la oposición acude encantado. ¿Acaso no hay antecedentes de «corridas» o maniobras parecidas? ¿Es que es la primera vez que algo parecido sucede?

Tras las misivas del DECAM (Demócratas por el Cambio) a Obiang y la, o las respuestas de éste, no sabemos a ciencia cierta cómo va la cosa. Pero no hay que ser un estratega militar para conocer el final de esta operación: Fracaso. Aunque, en estos casos, siempre alguien sale beneficiado, por supuesto.

Ahora, el DECAM sale de nuevo al ruedo. La ocasión se la ha brindado una supuesta «decisión judicial» del régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial, relativa al fulminante cese del Presidente de Unión Popular, Faustino Ondó Ebang Nchama. ¿Alguien en su sano juicio esperaba otra cosa? Como no fuera Moratinos.

Seamos serios, que ya somos mayorcitos, ¡coñó¡

Un comunicado del DECAM, de hace días, firmado por su Coordinador, Pedro Germán Tomo Mangue (elegido por no se cuantos meses para este cargo), ha «instado» al dictador Obiang a que «se retracte y anule de una vez por todas el auto o la sentencia judicial que destituye de sus funciones al presidente electo de Unión Popular».

Entrar a cuestionar si el régimen de Malabo «vulnera la Ley de partidos políticos» o a que «reconsidere la grave arbitrariedad e injerencia de su régimen…»o considerar al Poder Judicial un órgano institucional serio y capacitado, amén de otras muchas cosas, nos parece de todo punto disparatado, con perdón.

En el cepo, o capote, de Obiang van cayendo poco a poco, casi todos los opositores. Ahora renace, que no RENAGE, Daniel Oyono, un hombre -le llamaban Supermán-, que ha tenido importantes oportunidades, dinero incluido, pero que por lo que fuere no supo aprovecharlas.

Los que si aprovecharon esas oportunidades fueron los traficantes de las «mochilas» con los fajos de billetes. Desde La Moncloa, Interior, CSID y otras sacrosantas instituciones, la «pasta» salía a raudales, pero se iba quedando por el camino como las miguitas de pan de Pulgarcito, quizás para no perderse y volver otra vez al mismo camino. Lo que llegaba a la oposición era una merdé…

Para tomar La Bastilla no hace falta dinero, y menos si viene con «compromisos». Quien espere que «otros» les vengan a sacar las castañas del fuego, están apañados.

Por cierto, que la web de Moto renace de las cenizas una vez más. Y es que las «luces negras» alumbran lo suyo. Vamos a aprovechar la ocasión y a brindar un secreto a nuestros lectores: la personalidad de Nómadas -seudónimo que figura en ese Confidencial, responde a un ex oficial del Ejército español, de origen guineano, hombre de enorme fortaleza física, moral y mental. ¡Todo un personaje!

Nos ha llamado poderosamente la atención el silencio que ha suscitado entre la oposición guineana, tanto la entrada en la cárcel de Severo Moto, como su salida. ¡Solidaridad a raudales!  

Estar contra Severo Moto, o viceversa, equivale a cerrarse uno mismo vías de acceso para lograr que en Guinea triunfe de una vez por todas la democracia y la libertad. Esa actitud nos recuerda a la de aquel soldado que molesto con un oficial que le había arrestado, le dijo a un compañero de mili: «Y ahora, para que se joda el Capitán, no voy a comer».  

No conocemos los motivos que pueda haber para ello -quizás existan-,  aunque nos gustaría que alguien nos los explicase, pero no con mensajes amenazadores, ni llamaditas telefónicas, ni con delincuentes jaquers, ni con correos electrónicos ocultos bajo la cobardía y la pequeñez mental. Estamos hartos de todo eso y, también, de vehículos y personas que se pasan el día esperando para ver qué hacemos.

Nuestro instinto nos indica que pueden estar preparándonos ser víctimas de alguna trama. Avisados estamos y avisados están. El Espíritu, como siempre, nos protege.

  

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