Abaha (25/12/2008)
El día 25 de diciembre de 2007, los familiares más cercanos al dictador Teodoro Obiang Nguema le esperaban en Mongomo (Continente) para almorzar. Todos estaban muy tensos. Obiang se retrasaba algunas horas más de lo previsto. Cunado llegó el Dictador, la bronca no se hizo esperar. Nada más engullir las primeras viandas, los familiares le exigieron que abandonase el poder de una vez y que cediera su puesto a otro del «clan» familiar. Obiang se resistió y el almuerzo navideño terminó como el «rosario de la aurora».
El día anterior, 24, se produjo una «intentona» para apartarle del poder, que fue abortada una vez más, y no tanto por la eficacia de los aparatos represores del Dictador, sino más bien debido a imprecisión, falta de organización, temor, etc.
Este año, que sepamos, la situación ha cambiado. Obiang Nguema se encuentra con la «familia» en Mongomo. Pero, en esta ocasión la «familia» no le ha pedido nada. Ha sido él quien ha ofrecido algo. Les ha dicho -especialmente a sus hijos- que le pidan el regalo que quieran. «Menos un avión, cualquier cosa», parece ser que les ha dicho, según los oídos más cercanos.
Mientras el «clan» y acólitos se las prometen felices para el próximo año, el resto de la población se contenta con ver pasar a la comitiva presidencial a toda velocidad en sus potentes coches, matando gallinas y demás animales que se encuentran al atravesar los poblados caminos de Mongomo.
Malabo y, especialmente Bata, se encuentran fuertemente vigiladas por la policía y militares. Más de doce «barreras» hay que atravesar hasta llegar a Mongomo. Y, eso, los que tienen permiso para ello.
Parece que Obiang sigue obsesionado con Severo Moto, pues desde el palacio de Mongomo llamó varias veces a Madrid, para requerir información sobre el opositor…
Sobre Cristino Seriche Malabo, Laurentino Nsué y otros que «regresaron» a casa convencidos de que el Dictador les acogería, o al menos les iba a permitir desenvolverse con libertad, hablaremos en breve…