J.M.G.T. (21/10/2009)
«Queremos más transparencia en la Unión Europea», ha sido una de las afirmaciones del embajador de Suecia en Madrid, Anders Rönquist, durante el desayuno informativo en el que participó como invitado por el Club Internacional de Prensa (CIP).
Como temas prioritarios de la presidencia sueca, durante el semestre que corre en la UE, indicó tres: la salida de la crisis económica sin caer en otra; cómo afrontar el cambio climático; y cuestiones institucionales. Quedó claro, a lo largo de su exposición, complementada con el coloquio posterior, que son asuntos heredados de las anteriores presidencias, francesa y checa, y que pasarán a la presidencia española, del semestre que seguirá.
Dio a conocer que, por parte sueca, se ha tendido a la abolición del sistema que ha habido de altos bonus para ejecutivos empresariales. También subrayó la importancia de volver, lo antes posible, a déficits presupuestarios de los Estados, que no superen el 3%.
Sobre la realidad de Estocolmo contó, de pasada, que los coches tienen que pagar un peaje por entrar en la ciudad, salvo los ecológicos, o sea, los que no contaminan. ¿Sabrá esto Gallardón? Lo que nos faltaba con él.
Preguntado sobre el Estado del Bienestar, del que Suecia ha sido un modelo admirado, contestó el Embajador que ha ido remodelándose. Implica que todos reciben algo; pero algunos subsidios han ido bajando desde hace ya tiempo.
En nombre de espacioseuropeos.com le planteamos cómo encaja la opinión pública de su país que algunas empresas emblemáticas, por ejemplo del sector automovilístico y del aeronáutico, hayan perdido su identidad sueca. Su respuesta defendía que se mantiene mucho de la innovación propia de las marcas suecas, como Saab y Volvo, aunque estén en ellas General Motors o Ford. Apuntó, sin embargo, que como suecas, el desarrollo de los coches híbridos hubiera sido más rápido.
Otro interrogante de nuestro periódico, al hilo de la significación de «Milenium», fue si su ficción está basado, como se ha dicho por algunos, en casos reales: la acción criminal y la postura de la Prensa para ignorar ciertos asuntos. Respondió que no le constaba la referencia con algún caso ocurrido y que el otro fenómeno puede suceder en cualquier país.
La experiencia diplomática del embajador Rönquist le permite salirse por la tangente con toda naturalidad, en sus respuestas, concisas y en un español bien dominado tras los destinos en Guatemala y Buenos Aires.