espacioseuropeos.com (23/1/2010)haiti
Unicef denuncia que en Haití están desapareciendo niños de los hospitales y centros de acogida improvisados que, supuestamente, han sido sacados del país ilegalmente. Varias ONG, entre las que se encuentra Unicef alertan de esas «desapariciones», tras las que, con seguridad, hay algún negocio oculto.

No es la primer vez que ante catástrofes de este calibre, ciertas mafias se dediquen a raptar niños. Sucedió también hace cinco años cuando un tsunami devastó parte de Asia.

Dentro de lo malo, lo mejor sería que el destino de esos niños secuestrados fuese la adopción -por llamarlo de alguna manera-, aunque nos tememos que algunos puedan tener menos fortuna.

A la tragedia causada por el terremoto se une la corrupción que impera en todos los ámbitos del país desde hace muchos años, así como una serie de gobiernos incapaces que viven y superviven como aves de rapiña entre la brujería y esquilmar al escaso erario público. La desorganización en las esferas oficiales es más que evidente, lo que da posibilidades a la rapiña y la violencia, que miles de soldados son incapaces de controlar.

El panorama es desolador, a pesar de la ingente ayuda que está llegando al país. Miles de niños deambulan solos en busca de comida y asistencia sanitaria que no llegan, mientras miles de toneladas de productos de todo tipo se encuentran en el aeropuerto de la capital haitiana.  Una vez más, la incapacidad de la ONU queda así en entredicho.