Sáhara Occidental
Carlos Ruiz Miguel (14/11/2010)zapatero-y-mohamed-vi
Los periodistas españoles están experimentando en sus carnes las «magníficas» relaciones que Marruecos tiene con España. Hoy, como ayer, la prensa española está vejada y vetada en el reino alauita. Y hoy, como ayer, la dinastía alauita, autoriza a la prensa francesa a presenciar la ocupación militar del territorio.

Marruecos ha invadido el Sáhara Occidental por fases.

En la primera fase, en 1975-1976, Marruecos invadió y ocupó militarmente el norte del territorio del Sáhara Occidental. El 14 de abril de 1976, Marruecos firmó un tratado con Mauritania donde decía que la región sur del Sáhara Occidental, con capital en Villa Cisneros, no formaba parte de la «integridad territorial» de Marruecos. Aquella región se bautizó como «Tiris Occidental».

Posteriormente, apenas unos días después del acuerdo del Frente Polisario con Mauritania, el 10 de agosto de 1976, por el que Mauritania ponía fin a la guerra y se retiraba del sur del Sáhara Occidental, Marruecos procedió a la segunda fase de su ocupación militar.

Cuando se produjo esa ocupación, el día 12 de agosto de 1979, Marruecos anunció que el territorio sahariano de Tiris Occidental estaba ya bajo dominio marroquí:

Esta zona fue rebautizada con su antiguo nombre de Río de Oro (en árabe Oued-Eddahab) y su anexión fue calificada por el ministro del interior marroquí Driss Basri como un acto de «autodeterminación de sus pobladores» ante periodistas franceses, única prensa a la que estaba permitido cubrir la ocupación militar y los actos de anexión, a los que mostraban fotos de la retirada de los antiguos administradores mauritanos.

Ahora, nuevamente, Marruecos vuelve a hacer presente la ocupación militar del territorio de la forma más brutal imaginable. Y, nuevamente, como ayer, Rabat permite viajar a una periodista francesa al Sáhara pero veta de nuevo a la prensa española.

Hoy, como ayer: Marruecos, Francia, Sáhara Occidental….

Y España fuera.

NOTA
Sirva este artículo como un modesto homenaje a Luis de Vega, periodista de raza, de los de antes, íntegro y competente, al que el majzén acaba de retirar su acreditación como corresponsal en Rabat: no cabe mayor reconocimiento de la calidad de su trabajo.

Este artículo se publica con la autorización de Carlos Ruiz Miguel, Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela, que también pueden ver en desdeelatlantico.

POST-DATA (14-IX-2010)
Aquí esta la explicación de por qué sólo han dejado entrar a la prensa francesa.
El contraste con el trabajo de Luis de Vega y otros queda bien de manifiesto. Y sirve para descubrirse ante la mayor parte de la prensa española que, con alguna vergonzosa excepción, cumple su trabajo con valor y fidelidad a la verdad.