Mi Columna
Eugenio Pordomingo (2/4/2011)zapatero
En la reunión del Comité Federal del PSOE,  celebrada hoy sábado, el presidente del Gobierno de España, José Luís Rodríguez Zapatero, ha anunciado que no será el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales. Como es habitual en estas peroratas políticas, Zapatero agradeció todo el apoyo y afecto del partido, a la vez que anunciaba unas ´primarias ´para elegir al candidato.

Nada más escuchar esa obligada declaración, las gallinejas y entresijos de Carme Chacón, José Bono, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Blanco y José Antonio Alonso, emitían extraños ruidos, anunciando una larga batalla de dossieres,  como arma mediática de descalificación del oponente, del contrario, del hermano-camarada contrincante. Todo por el poder, nada fuera de él.    

Una vez más, Zapatero ha vuelto a mentir a los españoles y a sus camaradas de partido. ZP ha dicho que su decisión, la de no presentarse a las próximas elecciones, la tenía asumida desde que accedió a La Moncloa en 2004. ¡Un mandato de siete años y basta!

Adicto al engaño y la mentira -dos armas fundamentales en la política-, Zapatero no ha dudado en afirmar ante sus camaradas de partido, que en su ánimo nunca estuvo «apurar hasta el final ni prolongar innecesariamente la especulación» sobre su candidatura a las próximas elecciones generales. Pero ya se sabe, lo dijo George Orwell, «el lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen verdaderas y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de consistencia al puro viento».

Para animar a las decaídas huestes socialdemócratas, les ha dicho que pueden sentirse «satisfechos y orgullos» de los procedimientos democráticos que existen en el partido, lo que implica -según él- «pleno respeto y actitud leal con los tiempos», y con el hecho de la «concurrencia de una diversidad de candidaturas si se produce».

Hoy, mañana y varios días y meses después de esta confluencia estelar, como bien podría decir Leire Pajín, se hablará de la decisión del presidente del gobierno español, forzada por la mala gestión y la deriva de los acontecimientos. Pero él no ha sido el único culpable de los males que nos aquejan y que van a marcar nuestra deriva durante decenas de años. La hornada de ministros y ministras, y otros altos cargos, nombrados por el imprudente índice presidencial, han contribuido sobremanera a situarnos donde nos encontramos. Han contribuido, también, los millones de votantes que le auparon al poder, en especial los que lo hicieron en la segunda oportunidad.  

Me permito recordar, para que luego no le echen la culpa a Don Pelayo, al Cid Campeador, a los Reyes Católicos, al cura Merino o a Franco, algunos datos sobre la España que nos deja Zapatero -todavía no ha finalizado- y su cohorte de iletrados y mandantes, con la inestimable colaboración de los demás grupos políticos representados en el Congreso de los Diputados, entre ellos destacan como «cómplices y colaboradores necesarios»,  CiU, PNV, y en menor medida IU, BNG, UPyD  y PP.

ZP nos deja más de cinco millones de parados, el doble de la media de la Unión Europea, lo que nos aupa al primer puesto de los 27 países que integran esa comunidad; lideramos, asimismo, la clasificación de fracaso escolar de la OCDE. ZP y acólitos -los antes mencionados- han reducido por primera vez en la historia de España, el sueldo de funcionarios y contratados estatales; han congelado las pensiones y la mayoría de las empresas aprovechan el caos para hacer lo mismo con sus empleados, con el silencio o el beneplácito de sindicatos.

Encabezamos, también, la lista de accidentes laborales, mientras es sonada la escasa presencia de inspectores de trabajo en el ámbito laboral. Organizaciones de inspectores y subinspectores de Hacienda se quejan de que no se actúa contra determinados delitos fiscales y asociaciones de la Guardia Civil acusan al ministro Rubalcaba de «maquillar» las estadísticas sobre la criminalidad en España. 

Bancos y cajas de ahorros han esquilmado las arcas del Estado, mientras el Banco de España se tapaba los ojos, se ponía tapones en los oídos y una mordaza en la boca. Y ahora a tapar lo sucedido con costosísimos «rescates financieros».

Otro liderazgo que ostenta España es que somos el primer país del mundo en consumo de estupefacientes y asentamiento de bandas internacionales.  

Nuestra Justicia apesta, mientras narcotraficantes y terroristas eliden sus condenas con facilidad o ven reducidas sus penas al socaire de beneficios penitenciarios, ´errores´ judiciales o acuerdos en negociaciones al margen de la ley. No es de extrañar que su labor sea mal valorada por la ciudadanía, según el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). No quiero dejar fuera las medidas legislativas adoptadas por ZP referentes al encarecimiento y limitación del acceso a determinadas demandas judiciales por los ciudadanos de rentas más bajas.    

En la exportación, eso sí, lideramos la venta de municiones de guerra en África, y somos un proveedor habitual y cuantioso en la venta de armamento a sátrapas y naciones en conflicto. Libia y Marruecos son dos de nuestros mejores compradores.

Nuestra política de derechos humanos tiene su mejor exponente en la ayuda, protección, colaboración y subvención, de regímenes como el de Guinea Ecuatorial y Marruecos.

 Los ERE de Andalucía, de los que se han beneficiado destacados miembros socialistas, que no habían trabajado nunca en las empresas acogidas a esa opción, son numerosos y, que se sepa, han ocasionado un quebranto en el erario público de más de 700 millones de euros, de momento. Que sepamos, ninguno de esos delincuentes ha devuelto lo percibido ilegalmente ni han tenido ninguna inspección, ni se les ha exigido nada.

Sobre la política llevada a cabo con la banda terrorista ETA, las zapatero-y-botinmentiras han llegado a la frontera de lo soportable. Las famosas actas encontradas en el ordenador del terrorista Thierry, alias Francisco Javier López Peña,  y que se encuentran -las originales-  en la caja fuerte de un banco suizo o en la sede de la fundación ´Centro Henry Dunant para el Diálogo Humanitario´, afincada en Ginebra, es de esperar que a la mayor brevedad estén en las manos del juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional. Casi setenta reuniones,  negadas hasta ahora, en las que han participado, entre otros, el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, Javier Moscoso -antes de ser nombrado ministro-,  el vocal del CGPJ, José Manuel Gómez Benítez, y el dirigente etarra, José Antonio Urruticoechea Bengoechea, Josu Ternera, entre otros.

No está de más recordar lo que sobre el ´negociador´ y ´pacificador internacional, Jesús Eguiguren  dijo el senador Iñaki Anasagasti: «El PSOE es el único partido europeo que admite en sus filas a un condenado judicial por violencia de género».

Todo ese proceso de ´diálogo´ con la banda terrorista ha sido coordinado desde antes de ser ministro de Interior, por Alfredo Pérez Rubalcaba, y supervisado por el presidente del Gobierno. Ya sabemos que decir que el atentado de la terminal de Barajas, la T-4, fue un «accidente» se debió a una exigencia del guión marcada por ETA.

Y así, un largo y triste etcétera.

Tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de este año, en las que se espera una debacle socialista, con seguridad Zapatero convocará elecciones generales. Y, es posible,  que la sangre llegue al río. Chacón, Rubalcaba, Alonso, Blanco y Bono se preparan para la batalla de liderar al socialismo español, aunque las posibilidades de llegar a La Moncloa son escasas.

La era Zapatero termina; pero el Sistema continúa. A Rajoy le han preparado la senda, el trabajo sucio lo han hecho ya; quedan algunos remates, pero la obra se terminará con seguridad antes de las elecciones generales. El nuevo inquilino de La Moncloa tendrá que soportar las protestas y conflictos sociales que se avecinan. Pero la capacidad de protesta de los ciudadanos está más que lánguida, es inerte, salvo que prospere la indignación.