Egipto
espacioseuropeos.com (30/6/2011)represion-en-egipto-contra-manifestacion-palestina
Desde estas página de Internet  nunca dimos crédito a que en Egipto se hubiese producido un verdadero cambio. Más bien lo contrario, eran cambios aparentes para seguir manteniendo la misma relación de poder. La renuncia de Mubarak fue una solución impuesta por las potencias occidentales y los poderes fácticos de Egipto. La prueba de ese «lavado de cara» la tenemos en que los centros de poder permanecen en las mismas manos, con lo cual las decisiones económicas y políticas son las mismas. No hay que olvidar que Egipto es, quizás, el primer país del mundo en recibir ayuda militar de Estados Unidos.

Mubarak, de acuerdo con sus aliados -Israel entre ellos-, nombró al poderoso Omar Suleiman, hasta hace poco el responsable de los servicios secretos egipcios y hombre muy cercano a Israel, como vicepresidente. De Suleiman se dice  que podría ser el sucesor de Mubarak tras las próximas elecciones, si es que se celebran.

El fino instinto del pueblo egipcio se percata que sus protestas han servido para poco, motivo por el cual no ha cejado en manifestarse. Ayer, por ejemplo, las calles de El Cairo fueron escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del gobierno militar y miles de ciudadanos.

Desde hace dos días, los enfrentamientos entre la policía y miles de jóvenes egipcios son algo habitual. Los manifestantes exigen a las autoridades que aceleren el proceso de enjuiciamiento de policías y militares acusados de abusos contra la población durante las protestas masivas que obligaron a renunciar a Hosni Mubarak.

Más de 1.000 personas resultaron heridas ayer en El Cairo a consecuencia de los enfrentamientos con la policía. Las fuerzas de seguridad reprimieron la protesta con inusitada violencia empleando diverso material antidisturbios. Los enfrentamientos más violentos tuvieron lugar en la sede del ministerio del Interior donde las fuerzas de seguridad arrojaron gran cantidad de gases lacrimógenos. Por su parte, los manifestantes empleaban piedras y pequeñas bombas incendiarias.

A consecuencia de esos enfrentamientos hubo más de mil heridos entre manifestantes y policías. La sustitución de la policía por soldados, apoyados por vehículos blindados, dio un giro a la situación. Los militares formaron un cordón de seguridad en torno a la sede de Interior, lo que de alguna forma aminoró los enfrentamientos.

La crisis económica y política en la que se encuentra inmerso el país hace presagiar que, a pesar de la intervención del Ejército, las protestas no van a cesar, más bien lo contrario. Por otro lado, el desempleo ha elevado el índice de delincuencia, lo que a su vez ha causado un descenso en la afluencia de turistas que, desde las últimas revueltas, había caído de forma espectacular.