Madrid (España)
espacioseuropeos.com (28/7/2011)conductores-de-ambulancias-se-manifiestan1
Más de cien conductores y  camilleros de ambulancias vienen protagonizando manifestaciones, en distintos lugares de la capital de España, para reclamar la continuidad en sus puestos de trabajo,  afectados por el incumplimiento de las condiciones de un concurso público de la Comunidad de Madrid. En efecto, las empresas adjudicatarias de dicho concurso, Ambulancias Alerta  y Ambulancias Santa Sofía, tienen la obligación de incorporar al personal, por subrogación, de la empresa que anteriormente desempeñaba el servicio, Ambulancias Translife.

Ambulancias Alerta y Ambulancias Santa Sofía, pretendiendo eludir la antigüedad de los trabajadores afectados por el conflicto, tratan de presionarles para que firmen nuevos contratos, renunciando a derechos adquiridos. En esa pugna, Santa Sofía incorpora a otros conductores y camilleros, con contratos temporales, en detrimento del buen funcionamiento del servicio, ya que se trata de personal sin experiencia. Además, el número  de traslados de enfermos disminuye apreciablemente, con las consecuencias que pueden derivarse por los retrasos.

Por otra parte, pese a las deficiencias existentes y los peligros para los pacientes, los órganos de la Comunidad de Madrid, responsables de estos cometidos y de la resolución del concurso público, están mostrando una total inacción ante el problema, como si la cuestión sólo fuera una mera disputa entre empresas privadas, las adjudicatarias actuales y la que lo era anteriormente.

Los afectados y observadores imparciales del asunto entienden que tal pasividad de la Comunidad de Madrid sólo puede entenderse como una natural derivación del exacerbado liberalismo de Esperanza Aguirre, la presidenta que lo pregona «urbi et orbi». En este caso le vale, efectivamente, para no hacer nada; a ver si las empresas terminan resolviendo en perjuicio de los trabajadores. La Administración comunitaria cuenta con una ineludible responsabilidad «in vigilando».

Se empieza por externalizar servicios, que debería llevar directamente la Administración, y se pasa, en definitiva, a inhibirse como si la cosa no fuera con quienes nos cobran los impuestos. En esto, sí, son inmisericordes.

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