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Pedro Elías Acebal (4/11/2011)
Al tratar de antecedentes franquistas, que desde el PSOE se atribuyen, por sistema, a los militantes del Partido Popular y que cada vez se visualizan más extendidos  entre prebostes socialistas, conviene fijar la atención en los hermanos Solana: Javier y Luís.

El abuelo paterno fue Ezequiel Solana, un pedagogo y editor que creó la Editorial Escuela Española, con un fondo de libros encabezado por la Enciclopedia Solana, arropada a su vez con obras como «Vida y doctrina de Jesucristo», escrita por el propio Ezequiel Solana, «Cristo es la Verdad», debida a Agustín Serrano de Haro, o «Cuentos del pasado glorioso», firmada por Nicolás González Ruiz, periodista destacado de la Editorial Católica.

«Escuela Española», revista semanal de educación fue, más tarde, fundada por los vástagos de Ezequiel Solana. El padre de los hermanos de quienes ahora nos ocupamos se llamó Luís Solana San Martín y ejerció la docencia como profesor de Química en la Universidad Complutense, labor que compartía con  la dirección de las empresas del sector de su especialidad dentro del grupo industrial del Banco Urquijo. Un antiguo alumno suyo recordaba recientemente que, al regreso en tren de un viaje desde Asturias, el profesor Solana San Martín se sintió enfermo y falleció al llegar a su domicilio en la capital de España. A través de la Radio, hace sólo unos días, un colega en las tareas periodísticas le atribuía haber participado como oficial provisional con las tropas franquistas en la Guerra Civil.

Luís y Javier Solana, dentro de la tradición religiosa de esa rama familiar, estudiaron en el madrileño Colegio del Pilar, un centro nutrido por familias de la  élite económica y regido por la Congregación de los Marianistas.

Luego, este dúo de la estirpe debió de ver más porvenir en un futuro socialista y se apuntaron al PSOE.  Luís llegó, como se sabe, a presidente de la Telefónica, en cuyo cargo vivió como un magnate mientras dejaban de funcionar normalmente los teléfonos de toda España. Javier Solana pasó de pacifista y asiduo manifestante contra la Base de Torrejón a Secretario General de la OTAN, con furias vesánicas para bombardear Belgrado, sin siquiera contar con la ONU. Bien es verdad que no resulta claro quién queda peor, si Solana entrando en la OTAN y dirigiéndola o la propia OTAN fichando a alguien tan inestable ideológicamente.

En fin, para hacerse una idea sobre la ideología de las precedentes generaciones de los Solana, que mamaron siendo tiernos infantes Luís y Javier, basta con espigar un poco en la obrita didáctica «Primeras lecturas» (Grado de iniciación de la Enciclopedia Solana), que lleva el cuño de Editorial Escuela Española (Hijos de Ezequiel Solana), Imprenta Soler, 1947.

Enseñanzas de la doctrina hereditaria Solana
El texto, pongo por caso, de la lección XIV de la elemental «Historia de España», no tiene desperdicio alguno. Veamos, con los resaltes tipográficos del propio libro:

Portada Enciclopedia Solana
Portada Enciclopedia Solana

«l. La República persiguió a la Religión, quebrantó la unidad nacional y atacó al Ejército, culminando sus desmanes con el asesinato de Calvo Sotelo.
2. El 18 de julio de 1936, el Ejército, la Falange y los Requetés inician el Glorioso Alzamiento Nacional, bajo las órdenes del general Franco, y van liberando a España en marcha victoriosa y heroica.
3. Mientras tanto, en la zona roja se cometieron toda clase de asesinatos y desmanes, y fue fusilado el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.
4. El 1 de abril de 1939 terminó la guerra con el triunfo total de la Armas Nacionales.
5. Actualmente se rehace España de los quebrantos pasados, por el camino de la Unidad y de la Grandeza Imperial bajo las órdenes del Caudillo, Franco«.

En cuanto a las ilustraciones, no desmerecen en absoluto del texto. Así aparece Franco, con el título de «Generalísimo» y a doble tamaño que Felipe II, el Cid

Hay que ver cuánto ha tenido que cambiar la memoria histórica de los hermanos Javier y Luís Solana. Desde luego, renegaron de su entrañable enciclopedia familiar y pasaron a embucharse «El Capital» de Marx y quizá, luego, el uno textos de estrategia y de táctica de West Point y el otro cualquiera sabe qué para sacar partido a la telefonía erótica. Si el viejo pedagogo Ezequiel Solana levantara la cabeza, les iba a dar a ellos memoria histórica.

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