Peruanos amigos del Pueblo Saharaui.

Sáhara Occidental/Perú
Espacios Europeos (13/3/2017)
La Agencia de Noticias Saharaui (SPS) informa que el Consejo Peruano de Solidaridad con la República Árabe Saharaui Democrática (COPERASD), ha denunciado que la Embajada del Reino de Marruecos “continúa con su política de amedrentamiento a instituciones públicas y privadas que prestan sus locales a organizaciones que defienden al pueblo saharaui, cuyo territorio está invadido colonialmente por Marruecos”.

El pasado 11 de este mes, COPERASD publicó un artículo en el que afirmaba que Perú debe rechazar todo tipo de injerencia del Reino de Marruecos en asuntos peruanos. El artículo, titulado La Embajada de Marruecos se entromete nuevamente en asuntos peruanos, publicado en peruinforma.com, afirma entre otras cosas, que “Peruanos que se solidarizan con la causa saharaui organizaron eventos el 27 de febrero en homenaje a la fundación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), tanto en la Federación de Periodistas del Perú, como en el Congreso de la República del Perú, que motivaron que la embajada marroquí presente cartas de protesta ante la presidencia del Congreso, la Bancada de Fuerza Popular y a la Cancillería, acusando a nuestras instituciones con aseveraciones falsas”.

El atrevimiento de la embajada marroquí de “acusar sin fundamento a peruanos que se solidarizan de manera pacífica con la causa saharaui y en nuestro propio país, no nos extraña, aunque no deben hacerlo debido a que los peruanos somos libres de opinar y realizar reuniones de acuerdo a nuestra Constitución. Lástima que los marroquíes no puedan pensar igual que nosotros, porque viven en un régimen feudal –sin libertades- en el que el rey decide hasta la vida de sus súbditos”.

En otro párrafo del mencionado texto se dice que “El intervencionismo fuera de su país, es una mala costumbre marroquí que han repetido en otros países como Chile, Argentina, Brasil y Colombia, por ejemplo; e incluso, siempre intentan boicotear tales actividades presionando a entidades o sobornando autoridades con agasajos y viajes. Y es que en su política gubernamental se aplica el silencio informativo a la causa saharaui, así como la diplomacia del “sobre” (sobornos a personas) y la diplomacia del “fosfato” (sobornos a países, regalando los fosfatos saharauis que explotan ilegalmente)”.

En el artículo se recomienda a las instituciones peruanas que “deben más bien rechazar y no dejarse presionar por embajadas –como Marruecos- que representan a países que son delincuentes internacionales porque están fuera del Derecho y la civilización al invadir al Sáhara Occidental, pisoteando Resoluciones de las Naciones Unidas y un dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya”.

El artículo finaliza con una severa crítica a la política alauita: “Cabe mencionar que el Reino feudal de Marruecos no tiene inversión alguna –pese a décadas de múltiples promesas- en Perú y el intercambio comercial es casi nulo. La única presencia que tiene su embajada es para boicotear las actividades de peruanos en favor de la causa saharaui”.