Finca Los Rosales

Galapagar (Madrid)
E. P. (7/9/2020)
Varias llamadas de teléfono alertaron a la Policía Local y Guardia Civil de la madrileña localidad de Galapagar acerca de la celebración de un fiestorro, jarana familiar o sarao de amiguetes, en la conocida finca Los Rosales, sita en La Navata.

Como decimos, tanto Guardia Civil como Policía Local recibieron llamadas telefónicas de vecinos que moran en La Navata, denunciando la música estridente a altas horas de la madrugada (noche del sábado a domingo). La fiesta duró más allá de las cuatro de la mañana del domingo día 6 de este mes de pandemia.

La música “a todo trapo” -como nos comenta un vecino-, iba acompañada de los “cantos” y “jaleos” de los que participaban en ese evento. Por supuesto, a los organizadores les importó un bledo si molestaban o no; como tampoco les preocupó guardar las normas impuestas por el gobierno central y comunidad autónoma de Madrid. Ellos a lo suyo.

La preocupación de los denunciantes no era sólo por el “infernal ruido”, sino también por los posibles brotes de coronavirus que pudieran producirse a consecuencia de la fiesta que se celebraba en la finca Los Rosales.

No es la primera vez que vecinos de esa zona han puesto en conocimiento de las fuerzas de Seguridad y Ayuntamiento, sobre la celebración de veladas (fiestas, bodas, rodajes de escenas de algunas películas, etc.) en esa finca. Pero por lo que parece a los organizadores les preocupan poco las molestias que causan y menos aún, respetar las normas de convivencia. ¡Qué decir si se contagian del jodido virus del COVID-19!

Según la información que hemos recopilado, Policía Local y Guardia Civil se desplazaron más de una vez en la madrugada del domingo hasta la finca. Pero llegados al lugar –la puerta de entrada da a la carretera que va de Galapagar a la Nacional VI- les fue imposible entrar en contacto con sus ocupantes. Nadie contestaba a las llamadas que hacían los agentes a través del telefonillo (portero electrónico). Lo que más les extrañó a los funcionarios, es que al llegar al lugar la música  y el griterío cesaron.

¿Cuántas personas había en ese evento festivalero? ¿Se guardaron las normas decretadas por las autoridades ante la pandemia que nos asola? ¿Es posible saber si ha habido infectados por el COVID-19?

Una de las personas que llamó de madrugada a la Policía Local denunciando la celebración de ese “jolgorio”, nos ha comentado que si los agentes se hubieran quedado a la puerta de la finca hasta que salieran los participantes en la fiesta, podrían haberlos identificado y, en su caso, proceder a  sancionarles y de paso que pasaran por un control sanitario.

Desde aquí pedimos al Ayuntamiento de Galapagar que haga las gestiones oportunas a fin de localizar a la empresa o particular que organizaron esa fiesta, así como a los participantes en la misma. Por si les sirve de algo a Policía, Guardia Civil, rastreadores y corporación municipal de Galapagar, hemos localizado en internet este enlace que les puede servir: geoview.info.


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