espacioseuropeos.com (8/3/2009)sede-del-cni1
No es la primera vez ni será la última. El responsable  del CNI («antena») en  Nador, adscrito al consulado de esa localidad, recibió órdenes de su central en Madrid para que abandonase urgentemente Marruecos. En 2007 se produjo, que sepamos, otra expulsión. Por entonces, la «antena» en Túnez tuvo que salir también de forma precip
itada de la zona e incorporarse a Madrid.

espacioseuropeos.com

Hoy el diario «El País», en un relato de Ignacio Cembrero, da cuenta de esta «expulsión». De acuerdo con la crónica del periodista, «El espía español recibió el miércoles una orden tajante de la dirección del Centro Nacional de Inteligencia (CNI): abandone Marruecos cuanto antes y, hasta que pueda salir del país, interrumpa su trabajo y no envíe más informes a su central», sin aportarle los motivos de esa salida.

Cembrero relata como la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el espionaje exterior marroquí, que dirige Yassin Mansouri, íntimo amigo del rey Mohamed VI, , «rehusó explicar a este corresponsal por qué había exigido la salida del agente del CNI».

La clave de esta nueva «expulsión» puede estar en el narcotráfico y la labor del CNI en la zona. Así lo relata el periódico: «Chakib al Khayari, que encabezaba en Nador la pequeña Asociación Rif Derechos Humanos, denunció, sin embargo, que la operación policial se quedaba corta porque no alcanzaba a los cerebros del narcotráfico que anidan en la cúpula del aparato del Estado».

Pero, Al Khayari fue detenido el 18 de febrero de «madrugada e ingresó en prisión. Está procesado por atentar contra las instituciones encargadas de la lucha contra el narcotráfico, según un comunicado de la fiscalía de Casablanca que suscitó la reppuerto-de-nadorrobación de buena parte de la sociedad civil marroquí», relata  el corresponsal del diario español.  Al Khayari está acusado, además, de «recibir dinero del extranjero para llevar a cabo una campaña mediática para desacreditar los esfuerzos desarrollados por las autoridades marroquíes en la lucha contra el tráfico de droga».

El ambiente para la «expulsión» del agente del CNI había sido calentado previamente por algunas publicaciones cercanas a la DGED, acusando al consulado español en Nador de llevar a cabo acciones «subversivas».

A pesar de que el CNI, evidentemente, lo niega, Marruecos acusa a los servicios secretos españoles de financiar a activistas de los derechos humanos que trabajan en el país alauíta.

Detrás de todos estos asuntos, no hay duda, que el narcotráfico ocupa un lugar muy importante.  Tampoco dudamos  que en las bambalinas de estos sucios negocios, tanto en Marruecos como en España, debe haber apoyos importantes con nexos, incluso, de personajes atrincherados en algunas instituciones.

¿Afectará este nuevo asunto a la renovación del cargo del actual director del CNI, Alberto Saiz Cortés?