Proceso de traición
Antonino G. Gator El Coyote (14/04/2006)
Se cuenta del maniobrero conde de Romanones que no le hacía ascos a la compra de votos, aunque, por supuesto, procuraba pagar lo menos posible a los electores de su feudo alcarreño. El jefe político directo del partido judicial, le informaba si el adversario se había adelantado a contratar el pago por algunas papeletas ante los comicios. La cojera de Romanones no le impedía movilizarse y averiguar cuánto había cotizado el otro candidato en liza.
– Tres pesetas, señor conde -contesta el paisano al salir de su hermetismo inicial.
– ¡Vaya, hombre!, se ha quedado corto. Venga, dame las tres pesetas, toma un duro y ¡claro está! vótame a mi.