espacioseuropeos.com (24/4/2008)
En el segundo semestre de este año, Francia se hará cargo de la Presidencia de la Unión Europea, etapa en la que Nicolas Sarkozy intentará lograr un Pacto europeo sobre inmigración. El presidente francés, que es partidario de una inmigración «escogida» y no «sufrida», ha anunciado que a partir del 1 de julio redoblará sus esfuerzos para que los 27 países que integran la Unión Europea acuerden una política común en materia de inmigración y asilo.
Si la propuesta de Sarkozy es aprobada, quedarían prohibidas en toda Europa las regularizaciones masivas, extraordinarias o de pleno derecho, como las que el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero llevó a cabo. La doctrina que pretende implantar Sarkozy en la Unión Europea, también implica la expulsión de todas las personas indocumentadas. Se calcula que en Francia se encuentran en esta situación alrededor de 400.000 personas. Asimismo, el presidente galo pretende implantara toda Europa la reforma decretada en noviembre pasado, que endurece los requisitos para la reagrupación familiar.
En Francia no han caído nada bien las propuestas de Nicolas Sarkozy, que han sido muy criticadas por organizaciones de derechos humanos, pero también por sectores gremiales del empresariado. Así, Didier Chenet, presidente del Sindicato Nacional de Hoteleros, Restauradores y Cafeteros (SYNHORCAT), que ha declarado que de con esa normativa no se podrá satisfacer la demanda de trabajadores.