Eugenio Pordomingo (1/12/2008)
Ayer, el diario «La Verdad» de Murcia (España), publicaba un reportaje de A. López,  en el que recogía unas declaraciones del diputado del Partido Popular, Gustavo Manuel de Arístegui San Románen las que aconsejaba a los emprendedores invertir en países como China, India, Senegal o Guinea Ecuatorial.

Así se expresó el diputado popular y Portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados. Lo hizo en el transcurso de una conferencia en la X Jornada para Dirigentes Empresariales de COEC, en Cartagena.

Ni corto ni perezoso, el diputado Gustavo Manuel de Arístegui apremió a buscar negocios «en mercados emergentes a punto de estallar económicamente». Citó a

China, India y países del África Occidental como Guinea Ecuatorial, Senegal o Gabón, que son para el diputado «los lugares donde los empresarios de la comarca cartagenera pueden encontrar el negocio de sus vidas».

Que esos países «están a punto de estallar», no hay duda alguna, aunque en mala hora lo dijo. Respecto al «negocio de sus vidas», da más bien la impresión que se dirigía a «buscadores de oro» y a oportunistas, que a empresarios hechos y derechos. 

Arístegui se lanzó al azote dialéctico: «Las empresas deben invertir en nuevos mercados, en los que otras no están. Sobre todo, en países emergentes o que esperan estallar económicamente». Aconsejó, sin parar en mientes, que hay que salir a buscar negocios a esos países, además de modernizar las páginas web, renovándolas para hacerlas «más vistosas». Y ya enfrascado en las nuevas tecnologías, manifestó: «Hacer un vídeo de nuestro producto, de no más de tres minutos, ayuda mucho a vender (…) Ahora, uno no puede quedarse en su casa. Debe salir a promocionar sus artículos y a buscar nuevos negocios, a los países donde sean necesarios».

¡Hala, todos a la calle; todos al extranjero; todos a vender cual intrépidos mercaderes! Esto es cosecha propia…

Respecto a viajar a India, Gabón, Senegal o Guinea Ecuatorial, de momento no le decimos nada a Gustavo Manuel, pero le sugiero que lea la prensa, como recomiendan en los cursos de esa enorme oficina que hay cerca del río Potomac en Washington. En roman paladino, «sacando el jugo; eliminando la paja».

¿Cómo recomienda usted, señor Diputado, que viajen a Guinea Ecuatorial los empresarios españoles, conocedor como debe ser de lo que les suele acontecer? ¿Desconoce, señor Arístegui, las innumerables quejas y denuncias de empresarios acerca de lo que les ha sucedido en Guinea Ecuatorial? ¿Desconoce usted los informes de Amnistía Internacional y Relator de Naciones Unidas, por ejemplo, sobre las violaciones de Derechos Humanos en Guinea Ecuatorial?

En julio del año pasado viajó usted a Guinea Ecuatorial, una semana después que lo hiciera una comisión del Congreso de los Diputados (PSOE, PP y CiU). Allí se entrevistó  con el Dictador Teodoro Obiang Nguema y su jarca. «La Gaceta de Guinea» le entrevistó…

Tras mucho Honorable para acá y Honorable para allá, a una pregunta del entrevistador usted le respondió que se «estaba promoviendo la seguridad jurídica». ¿Es qué no existe seguridad jurídica en Guinea Ecuatorial? Pero, ¿cómo es eso de «promover»?  Ustedes no pueden ni deben «promover». Ustedes, lo que deben hacer, si me permite, es exigir que exista «seguridad jurídica», sobre todo para las empresas españolas que invierten allí.

Otra de sus respuestas me ha producido cierto rubor. Usted dijo que las empresas españolas «hacen un trabajo serio, digno, transparente, honrado y honesto como habitualmente siempre hacen las empresas españolas cuando salen por el mundo, sobre todo las más importantes». Seamos serios, en la Viña del Señor hay de todo. Le tengo que volver a sugerir que lea periódicos, en este caso de Uruguay, Paraguay, Argentina, Bolivia, Ecuador…Por cierto, usted concede el patrimonio de la seriedad y la honradez a las «grandes empresas», y a las pequeñas ¿qué?; a éstas que les zurzan… A las PYMES y a los autónomos no les va a gustar esto…

Y en el colmo del dislate -si me permite-, usted contesta así a otra pregunta del reportero de la «Gaceta de Guinea»: «yo mismo he estado con todas las autoridades del Estado y con todos los partidos de la oposición que han hablado con toda claridad y han expresado su opinión, algunas muy criticas pero sí estamos convencidos que están operando cambios y estos cambios no van a detenerse».

¿Con qué opositores habló en Guinea Ecuatorial? Con los que se encuentran en la prisión de Black Beach, o con los que molidos a palos se encuentran confinados en sus poblados. Que yo sepa -y algo se de esto- la mayoría de los opositores guineanos residen en España -los hay en otros muchos países y, por supuesto, en el interior de Guinea-, pero con éstos no ha debido hablar.

Tampoco me imagino que habrá hablado con las muchas viudas y huérfanos, producto de esos avances en la democracia que constató la comisión del Congreso de los Diputados, que visitó Guinea. La pena es que pocos meses después el Relator Especial de Naciones Unidas «constatara» que en Guinea Ecuatorial se violan los Derechos Humanos y que la tortura sigue siendo práctica habitual. Y eso que, lamentablemente, no ahondó demasiado…

Antes de aconseja a los empresarios -murcianos o no-, que sean emprendedores, busque en los archivos del Congreso de los Diputados y Senado,  y encontrará las quejas y denuncias de empresarios españoles que fueron expoliados y agredidos en Guinea Ecuatorial, y ustedes -o sea el Congreso de los Diputados, los Grupos Parlamentarios- ni contestaron con el protocolario «recibido».

Si me permite, señor Gustavo Manuel de Arístegui San Román, no aconseje a nadie que viaje a Guinea Ecuatorial, ni como turista. No lo haga  hasta que no exista seguridad jurídica, hasta que no se respeten los Derechos Humanos, y no se implante una verdadera democracia, no sea que tenga que ir a recibir a un expoliado, a un maltratado o, lo que es peor, a un cadáver…