espacioseuropeos.com (23/3/2009)
Los dos partidos mayoritarios de Italia se han unido en una nueva fuerza política que ha tomado el nombre de «Pueblo de la Libertad». Los partidos, Fuerza Italia (FI), liderado por el Primer Ministro Silvio Berlusconi, y la Alianza Nacional (AN) de Gianfranco Fini, forman en la actualidad la coalición gubernamental. En las últimas elecciones, esta coalición obtuvo el 38 por ciento de los votos.
La Alianza Nacional (AN), de tendencia filofascista, que fue abandonando al poco de comparecer electoralmente, celebró ayer en Roma su último Congreso Nacional en el que aprobó su disolución política, a la vez que su fusión con Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. Fini ocupa actualmente la presidencia de la Cámara de los Diputados o Cámara Baja del Parlamento italiano. Con esta nueva formación, Fini se convierte en el sucesor de Berlusconi.
La Alianza Nacional da así por finiquitada la herencia del Movimiento Social Italiano (MSI), que pudo comenzar con la visita de Fini al campo de concentración de Auschwitz el 19 de febrero de 1999, donde aprovechó para definir el fascismo como «parte del mal absoluto». Desde entonces, sus críticas al antisemitismo fueron asiduas. Es más, varias veces pidió perdón por «las barbaridades cometidas a partir de 1938», fecha en la que el Gobierno de Benito Mussolini aprobó leyes raciales.
Consecuente con su nueva línea política, en noviembre de 2003, Gianfranco Fini, viajó a Israel, con una propagandística visita al Museo del Holocausto de Jerusalén, donde afirmó que «hay que condenar las vergonzosas leyes racistas del fascismo».
Pero, lo más curioso de ese repentino giro político es que vino influenciado por José María Aznar. Eran los tiempos en los que Aznar aspiraba a ser el Presidente de la Unión Europea, una presidencia que por entonces se pretendía fuese estable.