Aquilino Tejedo (3/8/2009)
Una nueva muerte violenta, cuando ya se superan las treinta en lo que va de año en Madrid, tiene como víctima al joven de origen ecuatoriano, Norman Rodríguez Ceballos, que servía en el Ejército español, y como escenario la calle de Cea Bermúdez, en las proximidades de una discoteca frecuentada masivamente por chicos y chicas iberoamericanos.
El luctuoso suceso tuvo lugar a las seis de la madrugada del domingo. El fallecimiento se produjo a consecuencia de tres puñaladas, dos de ellas en el tórax y la tercera en el cuello, de por sí mortal de necesidad. El presunto autor sería un joven dominicano con antecedentes penales.
En el lugar de los hechos fue atendida, asimismo, una joven hispanoamericana de una herida inciso-contusa leve en una pierna.
Vecinos de la zona -casas, locales comerciales y una gasolinera- relacionan el gravísimo suceso con otros desórdenes de menor gravedad, pero difíciles de soportar, que se repiten cada fin de semana durante la salida de la discoteca Aqua Barra, en el 23 de Cea Bermúdez.
La persistencia del ambiente producido por una discoteca de puertas afuera sólo se explica por la connivencia con instancias del Ayuntamiento de Madrid, problema que es público y notorio.
Desde hace muchos años se han sucedido discotecas con diferentes denominaciones en el mismo local, donde antes hubo una bolera.