espacioseuropeos.com (3/10/2009)
Los Obama -los dos, esposo y esposa-, llegaron a Dinamarca convencidos de que con su presencia todo estaba hecho. Incluso, hablaron con descaro sobre que iban «a ganar esta guerra», refiriéndose a la elección de la ciudad dónde se llevarán a cabo las Olimpiadas de 2016.
Pero fiasco, tremendo fiasco. Chicago fue eliminada a la primera con escasos votos. Tras su regreso a Estados Unidos, el presidente Obama se encontró como Zapatero, con que el número de parados había aumentado de forma alarmante, y que los ciudadanos le mostraban su descontento por haber abandonado el país y el Congreso en plena crisis.
Pero, quizás lo peor ha sido descubrir la escasa sensibilidad de este «encantador de serpientes». En el transcurso de un programa de humor en televisión el pasado jueves, Obama comparó lo mal que juega a los bolos con las Olimpiadas Especiales (paraolimpiadas). Obama manifestó que después de escuchar las críticas por lo mal que juega a los bolos ha estado practicando en la Casa Blanca y que ha mejorado su marca, aunque la consideró «como las Olimpiadas Especiales».
Poco después la Casa Blanca declaraba que había sido una expresión poco «reflexiva», y que el presidente considera que los participantes en esa competición «se merecen cosas mucho mejores que la broma irreflexiva que hizo la noche pasada».
La pérdida de imagen del presidente estadounidense se acelera, sobre todo en estos momentos en los que abandonó Estados Unidos en pleno debate de la sanidad para ir a Dinamarca a defender la candidatura de Chicago.
TVE recoge la noticia de que en un comunicado de prensa, Maria Shriver, esposa del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, afirmó que el comentario del presidente Obama «duele a millones de personas en todo el mundo».