espacioseuropeos.com (31/12/2009)afganistan
El diario estadounidense «The Washington Post» publica hoy que un atacante suicida se introdujo en una  de las bases de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán, donde hizo explosionar una mochila que llevaba en su espalda. El atentado suicida tuvo lugar en La base Chapman, situada en la provincia oriental de Khost, cercana a la frontera con Pakistán.

El ataque causó la muerte de ocho agentes de la CIA y un número elevado de heridos de diversa consideración. Entre los muertos puede haber uno de nacionalidad afgana.  Un responsable de la CIA reconoció que «este ataque ha sido quizás el mayor golpe recibido» por la agencia desde el atentado en Beirut en 1983 contra la embajada de Estados Unidos.

Ha llamado la atención, la aparente facilidad con la que el suicida se introdujo -aunque se desconocen detalles al respecto- en las instalaciones de la CIA. El suicida atravesó el perímetro de seguridad de la Base Chapman, sin que al parecer tuviese grandes problemas, y a continuación se dirigió a un gimnasio donde se entrenaban varios funcionarios de la agencia estatal estadounidense.

Poco después, un portavoz de los talibanes atribuyó a su grupo la autoría del atentado, afirmando que el «protagonista» de la acción era un funcionario del Ejército Nacional Afgano.

Un panorama nada halagüeño, sobre todo si tenemos en cuenta que son cientos, quizás miles, los afganos que están recibiendo entrenamiento por parte de las fuerzas de la OTAN. En concreto, por parte de España que dedica importantes recursos a esa labor.  En más de una ocasión, la ministra de Defensa Carma Chacón, se ha ufanado de ello a través de sus almibaradas comparecencias acerca de la misión de paz que llevan a cabo nuestras fuerzas armadas de reconstrucción.