espacioseuropeos.com (26/3/2010)jose-angel-arregui
La Justicia chilena ha condenado al sacerdote vasco José Ángel Arregui Eraña, de 53 años, a 817 días de prisión por almacenar pornografía infantil. La condena la deberá cumplir  Arregui íntegramente al haber desestimado el juez la petición de la defensa de otorgarle el beneficio de la libertad vigilada.

La denegación de esa petición se ha basado principalmente en que los informes técnicos aportados por al fiscalía  «no dan garantías de que la medida preventiva de libertad pueda disuadirlo de cometer nuevos ilícitos».

El sacerdote agobiado ante la evidencia de las pruebas aportadas, no tuvo más remedio que reconocer que guardaba videos con más de 400 horas de grabaciones de contenido pederasta. Algunas de las grabaciones -no se ha confirmado si las hizo el sacerdote- muestran escenas de abusos sexuales contra una quincena de menores de edad. Estas grabaciones se realizaron entre los años 2002 y 2005 en Madrid.

Los informes psicológicos presentados -algunos de ellos realizados en España- por la fiscal del caso, muestran al sacerdote vasco como una persona  de «discurso manipulador», «altamente impulsiva y agresiva».

La Policía chilena localizó al religioso español tras una investigación tratando de descubrir a la persona que «descargaba» pornografía infantil desde el Liceo Politécnico El Señor, ubicado en el municipio de Renca (norte de Santiago de Chile), donde estaba el sacerdote.

José Ángel Arregui Eraña ejercía de profesor en algunos centros de la Comunidad de San Viator en España, fue detenido en Chile el 14 de agosto de 2009, fecha en la que ingresó en prisión preventiva a disposición de la Fiscalía.

La fiscalía reitera que no tiene ningún antecedente de que el condenado haya cometido abusos contra menores durante su estancia en Chile, así como que tampoco tiene constancia de que España haya solicitado su extradición.

Cabe la posibilidad de que tras cumplir la condena impuesta, el sacerdote Arregui pueda ser juzgado en España -en caso de que la justicia española solicite su extradición- para ser procesado por supuestos abusos sexuales a una quincena de menores.

Desconocemos la pena que la justicia chilena impone por estos delitos, pero en cualquier caso nos parece una nimiedad ante la gravedad de los hechos, especialmente en un sacerdote al que su orden religiosa le confería la tutela y formación de menores.