espacioseuropeos.com (17/3/2010)
Parece confirmarse que las relaciones entre Estados Unidos no van nada bien. Hoy se ha sabido que el presidente Barack Obama ha suspendido su proyectado viaje a Israel.
El mediador para Oriente Próximo, George Mitchell, se ha visto obligado a suspender las reuniones previstas para intentar que se reanuden las negociaciones entre israelíes y palestinos.
La construcción de asentamientos en Cisjordania y la Franja de Gaza son uno de los escollos que separan a la Administración Obama y al Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Todo parece indicar que la petición de Washington de que los asentamientos se paralicen ha caído en saco roto. El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, tuvo que escuchar la semana pasada durante su viaje a Israel como las autoridades de Israel anunciaban la construcción de nuevos asentamientos.
También parece que han sido desoídas las peticiones del presidente estadounidense respecto a que Israel otorgue algunas concesiones al presidente palestino, Mahmud Abbas. Obama esperaba con este viaje ahora suspendido, conseguir la liberación de presos palestinos, así como cierto relajamiento en el bloqueo de la Franja de Gaza, sobre todo de cara a la organización Hamas.
Ayer y hoy, los enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí se han recrudecido. Si bien es cierto, que esos enfrentamientos llevaban produciéndose hace semanas, ayer tomaron un giro más violento.
La organización Hamas había convocado para hoy el «día de la ira», como protesta por la inauguración de la sinagoga Hurva (Ruina) en el barrio judío de la parte vieja de la ciudad.
Los enfrentamientos se han extendido hasta el campamento de refugiados de Shu’fat, según ha difundido la BBC, donde las piedras de los palestinos nada tenían que hacer frente a los botes de gases y las balas de goma, de momento.