espacioseuropeos.com (11/4/2010)
El Consejo de Ministros celebrado el día 9 de este mes, acordó aprobado un «paquete de medidas de choque para el impulso de la recuperación económica y el empleo», y dentro de este epígrafe aparecen las «ayudas a la competitividad en el sector de la automoción«.
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que preside Miguel Sebastián, a través de la Comisión de Evaluación, decidió a finales del mes de febrero conceder ayudas a 142 planes de competitividad a «desarrollar durante el año 2010 por un importe total de 250 millones de euros, de los que 150 millones han sido para fabricantes y 100 millones para empresas de componentes de automoción».
Estas ayudas se dan a sectores que, en la mayoría de los casos, ya reciben cuantiosas ayudas por varios conceptos, como atender a las amenazas de «deslocalización», despido de trabajadores, etc., sin contar las que se refieren a la primera instalación (terrenos, impuestos…).
Este gobierno acudió en ayuda de Cajas de Ahorros y Bancos, después a las constructoras e inmobiliarias, y ahora -de nuevo- a los fabricantes de automóviles. Las nuevas ayudas se acercan a los 81 millones de euros sin contar los previstos para la fabricación del «bombazo» del coche eléctrico por otros 500 millones.
Sería muy interesante conocer los beneficios que obtienen las empresas del automóvil, y así nos daríamos cuenta de que es un sector altamente rentable, razón por la cual el Estado no debe subvencionar a ninguna de estas empresas, la mayoría de ellas encima son extranjeras.
Por otro lado, los ciudadanos no debemos ayudar o subvencionar a aquellos que quieran comprarse vehículos (Plan Renove), pues antes existen otras prioridades mucho más urgentes.