Eduardo Paz Rada (8/4/2010)
Varias son las lecturas e interpretaciones de los resultados electorales de las elecciones de Gobernadores y Asambleas Departamentales, primera experiencia en Bolivia, de Alcaldes y Concejos Municipales y de Asambleístas y representantes de los pueblos indígena originario campesinos elegidos de acuerdo a usos y costumbres, en un paso más en la aplicación de la Constitución Política del Estado que contempla las Autonomías Departamentales, Regionales, Municipales e Indígenas.
Durante los últimos cuatro años el gobierno recibió reiteradas manifestaciones de respaldo electoral, desde el 52 por ciento favorable a la dupla Morales–García en las elecciones presidenciales de 2005, hasta el 64 por ciento de los comicios de diciembre de 2009, sin tomar en cuenta las masivas movilizaciones, marchas, concentraciones y actos de respaldo popular en todas las regiones del país. Inclusive tuvo que remontar millonarias campañas y acciones de los sectores conservadores y de las oligarquías locales, apoyadas por las transnacionales y la embajada de Estados Unidos, en Sucre, Cobija, Santa Cruz, Trinidad, Tarija y otras poblaciones, los que impedían el arribo del Presidente y maltrataban a miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y hombres y mujeres de rasgos indígenas.
El Jefe de Estado, Evo Morales Ayma, ha manifestado, como interpretación oficial del gobierno, su «complacencia» por los resultados obtenidos por el Movimiento Al Socialismo (MAS), mientras que sus más estrechos colaboradores, como el Ministro de Gobierno, Sacha Llorente, y el Presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, mostraban rostros desencajados en la primera fila de asistentes a la explicación presidencial, la noche del 4 de abril.
Asumiendo que el MAS ha conseguido subir el número de concejales municipales en varios municipios, aumentar el número de alcaldías que estarán bajo su responsabilidad y ejemplificando que antes en la ciudad de La Paz tenía tres concejales y ahora consiguió cinco, Morales Ayma argumentaba que se han aumentado los porcentajes de la presencia del MAS en los departamentos del oriente, como Beni y Pando. El Presidente comparaba, con informaciones ciertas, el desempeño electoral del MAS en elecciones municipales y prefecturales del pasado con el del presente.
Pero, no tomaba en cuenta el proceso de consolidación y avance de los movimientos populares y sociales en los últimos cuatro años en todos los rincones del país. Como referencia, en las elecciones nacionales de diciembre de 2009, el MAS consiguió más del 80 por ciento de votos en los tres departamentos del occidente del país, en los que ahora no sobrepasa el 55 por ciento.
Los resultados señalan que los ahora Gobernadores opositores de Beni, Ernesto Suárez; Santa Cruz, Rubén Costas, y Tarija, Mario Cossio, consiguieron su reelección, mientras que en las Alcaldías de siete de las diez principales ciudades de Bolivia se producían sorprendentes resultados. Los opositores conservadores triunfaban en Santa Cruz con Percy Fernández; Tarija con Oscar Montes; Potosí con Rene Joaquino; Sucre con Jaime Barrón; Trinidad con Moisés Shirique, mientras que los candidatos del Movimiento Sin Miedo (MSM), antes aliado del MAS, triunfaban en Oruro con Rocio Pimentel y en La Paz (la mas importantes de Bolivia por ser centro político) con Luis Revilla.
Otra interpretación de los resultados electorales fue expresada señalando que la única fuerza efectivamente nacional y con presencia en todo el territorio es el MAS, en tanto que todas las otras fuerzas políticas son débiles y dispersas en las distintas regiones del país, sin tener un eje común que permita advertir la emergencia de una sólida oposición al proyecto implementado hasta hoy por Evo Morales y Álvaro García.
Esta perspectiva la han manifestado muchos participantes de programas radiales de Erbol, quienes han indicado que, después del arrollador avance del MAS y Morales durante los últimos años, el haberse reducido, en números absolutos y porcentajes, la votación oficialista el 4 de abril, es una señal de molestia y descontento por la política y el comportamiento vertical del gobierno.
Haber perdido en las importantes ciudades occidentales de La Paz, Oruro y Potosí, tenido un revés en Achacachi, considerado en centro aymara por excelencia y símbolo de la fuerza radical el gobierno, marca una tendencia crítica al gobierno, en tanto se advierte una polarización entre las zonas rurales y urbanas por la tendencia expresada en los resultados electorales.
La lectura exitista del gobierno no coincide, por lo tanto, con los resultados electorales y las opiniones y reflexiones emitidas por los participantes en los medios de comunicación reclaman una práctica diferente de parte de las autoridades y del Presidente Evo Morales.
N. de la R.
Este artículo se publica gracias a la gentileza el autor y de la web, “Patria Grande”.