España
José Manuel González Torga (13/6/2010)
3E, diario español de información económica y financiera, debe ser considerado pionero en su especialidad, con distribución mixta, para suscriptores y compradores en kioskos.
En efecto, 3E estuvo en la calle entre el 17 de noviembre de 1965 y el 18 de julio de 1967 (veinte meses). Vivió el cambio marcado por la Ley de Prensa de 1966 y sufrió fuertes tensiones en el intento de moverse por el techo de la misma. Las consecuencias le resultarían funestas.
El Informe Económico Internacional Urgente venía publicándose desde el año 1946; pero podemos remontarnos hasta El Financiero, en su segunda época, a partir del 26 de mayo de 1935, como «Diario de la economía nacional y de información general».
Informe Económico Internacional Urgente recibió, coloquialmente, el calificativo de «el chivato amarillo», aplicado asimismo, en diferentes periodos, a otras hojas informativas. Quien llevaba allí la voz cantante era Ekkehard Tertsch Maras, originario de Austria, que figuraba como consejero delegado de la empresa (Informaciones Económicas S.A.), con Javier Aznar Gómez-Acebo de presidente del Consejo de Administración. Como directora de la publicación, aparecía Isabel Cajide Pérez-Moure.
Tanto El Financiero diario como el Informe del Dr. Tertsch -así era mencionado también – extendían sus posibilidades a la información general aunque, en la práctica, dominaba la económica.
En el caso de 3E cabe señalar a José Ramón Aparicio como el auténtico creador del periódico. Financieros, economistas, empresarios, inversores y representantes en general de los círculos de negocios, echaban de menos la existencia de un diario especializado, con todos los atributos, como ya los había, desde tiempo atrás, en otros países. El vecino Portugal tenía su Jornal do Comérçio, nada menos que el decano de la Prensa lusitana, fundado en 1853.
Aparicio, un valenciano con la doble formación de periodista y licenciado en Derecho, había dirigido en la capital guipuzcoana el diario Unidad y, antes, ejerció como subdirector de La Prensa, de Barcelona. Pero, además, era funcionario y, como tal, había sido delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo en Las Palmas de Gran Canaria y agregado de Información en las embajadas españolas de Rabat y de Argel.
Para constituir la empresa editora, José Ramón Aparicio cuenta con varios accionistas particulares así como con entidades mercantiles que suscriben paquetes de acciones. Entre los primeros, el Marqués de la Florida, Tomás Romojaro, Alejandro del Castillo, José Luis Villar Palasí y Ramón Laporta Girón. Algunos bancos hicieron pequeñas aportaciones al capital, como el Santander, el Ibérico, el Banco Español de Crédito, el Central, el Pastor, el Zaragozano y la Banca Nogueira. Asimismo, la empresa inmobiliaria J. Banús S.A.
La denominación de la editora fue Publicaciones de Economía y Finanzas S.A. (PEFSA). El capital social desembolsado resultaba muy modesto: 12.300.000 pesetas. Desempeñó la presidencia del Consejo de Administración de PEFSA, Luis Benítez de Lugo y Ascanio, marqués de la Florida.
El consejero-delegado pasaría a ser Tomás Romojaro, por el fallecimiento, antes de la aparición del diario, del nombrado inicialmente: Laporta Girón. Como consejero-secretario aparecía en principio José Luis Villar Palasí y, más tarde, Vicente Montiel y Rodríguez de la Encina, el hombre fuerte de la firma Sucesores de Rivadeneyra, en cuyos talleres de Prensa se editó 3E.
El resto de los consejeros eran José Ramón Aparicio, Jesús Fueyo Álvarez, Rafael Martínez Cortiña (Banco Exterior de España), José María Fernández Castañera (Banco de Santander), Federico Merlo Calvo (Banco Ibérico), Manuel Fernández Trueba (J. Banús S.A.) y Francisco Sebastián de Estebaranz. El Consejo de Redacción lo presidía Fueyo.
La Redacción ocupaba dos pisos en el mismo edificio de los talleres (Paseo de Onésimo Redondo nº. 22, como por entonces se denominaba la Cuesta de San Vicente).
Al final de la tarde en que se imprimió el primer número de 3E, con la tinta fresca, para estar a la venta en toda España al día siguiente, se celebró un acto al que asistieron, entre otros cargos, el ministro secretario general del Movimiento, José Solís; el director general de Prensa, Manuel Jiménez Quílez; y el alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro.
El marco elegido fue un antiguo salón de aquellos edificios de los Montiel, que permanecía habitualmente cerrado y donde, en tiempos de la II República, cuando allí se editaba la revista Estampa y el diario Ahora, constituía el escenario para la elección de misses.
Propósito editorial
En el editorial del nº 1 –«Salutación y propósito»– se proclamaba: «3E, el último de los periódicos nacionales, sale con el propósito de llenar un vacío en la Prensa de España, que hasta ahora carecía de un diario dedicado exclusivamente a la materia económica, tan ancha y profunda». Más adelante podía leerse, como compendio de las pretensiones del periódico, el siguiente párrafo: «Difundir toda clase de información sobre agricultura, industria, comercio, economía y finanzas; hacer una adecuada labor de divulgación de los temas económicos entre los españoles; contribuir al desarrollo económico de España con la debida orientación del lector y de los inversores, interesándoles por los problemas que plantea el crecimiento del país; coadyuvar a extender el comercio exterior de nuestra patria, señalando las posibilidades de mercados, y, en suma, informar al lector en las cuestiones de política económica».
Sobre papel amarillento consideraban que la legibilidad era mejor que sobre el blanco, por lo cual fue elegido aquel tono. Sin llegar a la sofisticación del primitivo Ya, que se presentó con papel salmón alegando que era la coloración prescrita por oculistas ingleses eminentes para una lectura sedante.
El formato, tabloide, respondía a las medidas 37×27,5 cms. Había números de 24 y otros de 32 páginas, que salían de la rotativa, grapados.
La primera página destacaba los temas más relevantes del día, bien con sus textos completos, bien remitiendo al interior, para lo cual disponía, además, de un rataplán de titulares. Durante una primera etapa incluía un recuadro a dos columnas con el título «En tres tiempos»; era una sección de opinión.
La tercera página daba cabida a los editoriales (uno o dos), artículos de colaboradores con firma y un gráfico de actualidad. Entre aquellos articulistas había nombres de muy diversa significación y cuyo eco perdura en unos casos más que en otros: Juan de Arespacochaga, Antonio de Miguel, Félix Palasí Franco, José Luis García Delgado, Agustín Lafourcade, Francisco Rodríguez Batllori, Adolfo Iranzo, Mariano del Mazo, Juan Francisco Puch, Juan Carlos Villacorta, Enrique Barón, Ignacio de Garmendia, José María Busca Isusi, Federico Merlo, Manuel Funes Robert, Fabián Estapé, R. Martínez Cortiña, Luis María Linde, Gonzalo Fernández, José Ramón Alonso, Jesús Ynfante…
El personal de Redacción en plantilla, que a lo largo de la vida del diario trabajó, unos desde el principio hasta el final y otros durante parte de aquel tiempo, incluía, al menos, los siguientes nombres: Raimundo García Domínguez, Mario Rodríguez Aragón, Alberto Míguez Albarellos, José Manuel González Torga, José María Deleyto de la Rosa, Mercedes Lazo, Antonio María Campos Sanabria, Ángel Menéndez Menéndez, Ana Sancho Vich, José Luís de Mena Mejuto, Antonio de la Torre Abadía, Gonzalo Fernández, José María Iglesias Romero, Pedro Barceló Roselló, Juan José Espejo Salmerón, Raúl Sánchez Sabariz, Antonio Pena Trapero y Francisco Costa Torró. Hubo tres auxiliares de Redacción: Tomás Gistau López-Dóriga, José Luis Molina León (enlace con la agencia Comtelsa, mixta de Efe y Reuters) y Ana María Román (encargada del Archivo). Traducía textos de varios idiomas, un colaborador alemán –Ricardo Kempe– y, durante algún tiempo, el corrector de pruebas fue José Antonio (Chicho) Sánchez Ferlosio.
En 3E hizo prácticas de Periodismo, José Juan Toharia Cortés, que llegó a escribir editoriales, de paso para su meta como catedrático de Sociología.; también Ignacio Rupérez Rubio, futuro diplomático. Todas las galeradas eran revisadas por un economista, adjunto a la Dirección, que al principio era Francisco Stuyck; cuando éste fue fichado para dirigir comercialmente una empresa de factoring, le sustituyó otro economista: Roberto Carballo Cortiña.
El sector de la Administración tenía al frente a Rafael García Rubio.
Director-Gerente
José Ramón Aparicio reúne, inicialmente, la doble condición de director y gerente de 3E. A la vez sigue en el Ministerio de Información y Turismo como secretario de una Comisión.
El subdirector es Raimundo García Domínguez, más conocido por su pseudónimo de Borobó. Explicaba que lo adoptó por haber sabido en familia que fueron los primeros sonidos articulados que emitió en su más tierna infancia. De ideología socialista, y cuando pudo también de militancia, dirigía, antes de trasladarse a Madrid, en Santiago de Compostela, los diarios El Correo Gallego y La Noche. Pero era un periodista más bien literario, dedicado, sobre todo, a escribir sus artículos. Dejó el cargo directivo en 3E para hacer editoriales y columnas («Rotonda»).
Mario Rodríguez Aragón, que había comenzado como redactor-jefe, ocupó la subdirección; antes había sido redactor-jefe del diario Pueblo; corresponsal de este diario sindical y de Clarín, de Buenos Aires, en Bonn; y profesor de la Escuela Oficial de Periodismo.
El secretario de redacción era Alberto Míguez. Durante varios meses se encargó de dar contenido al recuadro «En tres tiempos», así como a la sección de libros especializados.
Quien ahora trata de poner en pié algo de aquella aventura periodística, que al inicio era el confeccionador del diario, pasó a ocupar la jefatura de Redacción, por el ascenso de Mario R. Aragón. A su vez, Ángel Menéndez se hizo cargo de las tareas de confección y continuó publicando la cotidiana viñeta de humor con su acreditada firma, veterana en La Codorniz y otras publicaciones: Kalikatres.
Emilio Canda tuvo a su cargo la página de «Industria», donde no cultivaba su firma; además de periodista era guionista de cine y autor teatral.
A Gonzalo Fernández lo caracteriza Borobó, en su «Memorial de Trevonzos» (año 1989), como «economista ferrolano con gran sentido periodístico».
José Pérez Sánchez utilizaba el pseudónimo de José Pérez de Azor. Era el responsable de «Navegación y pesca», que como «Agricultura y ganadería», sección adjudicada a J.L. de Mena Mejuto, disponía de amplio espacio. Esas páginas ofrecían con asiduidad las firmas de sus responsables; Mena utilizaba también el seudónimo Observador. En otras secciones en cambio, no solían aparecer los nombres de los autores; por ejemplo la página de «Construcción», encomendada a Juan Manuel Sáinz de los Terreros Isasa, periodista y abogado.
3E recibe crónicas de algunos corresponsales en el extranjero: Agustín Alba (París); Ramón Lugris (Londres); García Ziemsen (Bonn); J. L. Ramírez (Estocolmo); Francisco Narbona (Roma); Manuel Cruz Fernández (Tánger); y Pedro Sastre y Rodes (Toronto).
Dentro de España contaba con amplia cobertura. Aparte de unas mínimas redacciones en Barcelona y Bilbao, tenía concertadas corresponsalías en las capitales de provincia y algunas otras ciudades importantes: Valencia (Diego V. Salva/ E. Martínez Ballester); Sevilla (Rafael Díaz); Zaragoza (Adrián Guerra); Valladolid (Máximo Regidor); Salamanca (Enrique de Sena); León (Félix Pacho Reyero); Vitoria (Alberto Suárez Alba); Palma de Mallorca (José Vidal Isern); Granada (R. Martínez Miranda); Segovia (Pablo Martín Cantalejo); Murcia (Diego Martínez); Tarragona (José Roca García); Gijón (Bastián Faro); Santiago de Compostela (Jesús Garabal, aunque, temporalmente, apareció otra firma)…
El lector fue encontrándose con secciones bien diferenciadas por sus planteamientos, enfoques y extensión.
Capitanes y biografías de empresas
A doble página aparecían «Capitanes de empresa» y «Biografía de una empresa».
La primera de esas secciones le fue encargada a Antonio D. Olano, uno de los reporteros más conocidos por entonces del vespertino Pueblo. Fue trayendo a las columnas del diario especializado semblanzas de empresarios, como Eduardo Barreiros, el Conde de Arjillo, Ramón Areces, Cesáreo González, Pedro y Joaquín Rodríguez (alta costura), Eugenio Suárez (editor de semanarios), Juan Gallego (el «rey» de los Transportes en Nueva York)…
La «Biografía de una empresa» la hacían, al alimón, Octavio Aparicio Muñoz (hermano de José Ramón) y José María Sánchez Sánchez. Incluyeron entidades punteras en la vida económica de entonces; unas periclitarían y otras persistieron, algunas con renovada importancia: Compañía Telefónica Nacional de España, Galerías Preciados, Standard Eléctrica S.A., el Banco Hispano Americano, Iberia Líneas Aéreas Españolas, el Instituto Eduardo Torroja, Organización Meliá, La Unión y el Fénix Español, Inmobiliaria Urbis, Dragados y Construcciones, el Banco de Bilbao, ENSIDESA, ENASA…»Estudio de Sociedades» era una sección más apretada y más técnica.
En materia de Seguros figuraba como especialista Eugenio Prieto Pérez.
«También el cine es industria» titulaba los espacios destinados a la colaboración de Antonio Morales, profesional diversificado en una amplia gama de dedicaciones audiovisuales. Sobre «Filatelia» colaboró Luis María Lorente, asesor filatélico de la Fábrica de Moneda y Timbre; pertenecía al Cuerpo Jurídico de la Armada.
José Rico de Estasen aportaba colaboraciones, especialmente de temas turísticos.
La sección de Tribunales tenía como titular a un cronista que estaba dedicado al Periodismo judicial y que aquí utilizaba como seudónimo Antonio R. Domínguez.
«En las Cortes con los Padres de la Patria», inauguraba un tono, desenfadado para el momento, de crónica parlamentaria. Recordemos que Romojaro, el consejero-delegado de 3E, era, al tiempo, secretario primero de las Cortes. Los textos iban firmados con otro seudónimo –Rómulo– que en este caso correspondía a José María Deleyto de la Rosa.
La «Información del tiempo» fue incorporada a la página de «Turismo». Con ella hizo tal vez sus primeras armas Eugenio Martín Rubio, que luego alcanzaría popularidad por TVE.
En números dominicales publicaron artículos, pongo por caso, el Marqués de la Florida, Federico Merlo Calvo (Federico Mercal, simplemente Mercal o F. Mercalvo), que era periodista y jefe de estudios del Banco Ibérico; y Jesús Fueyo, catedrático de Derecho Político y Letrado del Consejo de Estado (creó la sección de «Economía del Pensamiento», con el seudónimo de Numenius y un lenguaje que daba carácter propio a su estilo). Hubo otros muchos autores de series, informes o colaboraciones de varia factura, como M. Martín Merino, Francisco Guijarro Arrizabalaga, Felipe Ruiz Martín, Pedro Voltes Bou, André Marchal y César Albiñana García-Quintana.
La doble plana de «Tercer Mundo» aportaba también la doble firma de Alfonso Palomares y Heriberto Quesada, quienes, durante mucho tiempo, compartieron tareas periodísticas. Pasada la primera anualidad del periódico les relevó Gabriel Soler.
«Área del rublo» llegó a ser una página para ese ámbito, realizada por Jesús Ynfante y Luis María Linde; así como «EFTA», para el que era propio de dicha organización; esta última en concreto la tuve encomendada personalmente mientras duró. Ynfante y Linde eran, por entonces, muy jóvenes. Luego tomarían derroteros bien diferenciados: el primero buscó un exilio temporal en Paris y engrosó el fondo de Ruedo Ibérico con libros-reportaje de investigación; el segundo llegaría a ocupar puestos elevados en el Ministerio de Comercio y en el Banco de España, tras sacar las oposiciones de rigor y de haber desempeñado, en Moscú, la jefatura de la Oficina Comercial de España.
«Geografía económica» era otra página que elaboraba el geógrafo César Augusto Palomino.