Nigeria
espacioseuropeos.com (14/7/2010)
Cuatro periodistas, entre ellos el presidente de la sección del estado de Lagos de la Unión de Periodistas de Nigeria (NUJ, por sus siglas en inglés), Wahab Oba, fueron secuestrados por hombres armados no identificados en las cercanías de la localidad de Aba, en el estado de Abia, que integra la rica región petrolífera del Delta del Níger. Los periodistas viajaban a bordo de una furgoneta, después de haber participado en una reunión del Comité Nacional de la NUJ en la localidad de Uyo, en el vecino estado de Akwa Ibom, cuando fueron secuestrados el domingo hacia las 10.00, hora local.
Los secuestradores ya han pedido un rescate por valor de 1,3 millones de euros.
Junto a Oba se encontraban otros dos secretarios locales de la NUJ, Adolphus Okonkwo y Sylvester Oreke, ambos periodistas de renombre de los periódicos privados Champion y Voice of Nigeria.
También fueron secuestrados un periodista de Lagos, Sola Oyeyipo y su chófer.
La policía del estado de Abia, advertida rápidamente del hecho, intervino en el lugar de la emboscada para tratar de establecer la dinámica de los hechos y buscar la liberación de los secuestrados. El gobierno local no ha comentado lo sucedido.
«El secuestro es un acto individual de terrorismo que no resuelve los problemas de la región, que exigen en cambio un esfuerzo colectivo», comentó el Centro de Prensa Internacional de Lagos (IPC) al periódico nigeriano This Day, condenando el secuestro de los periodistas y exigiendo su liberación incondicional.
Fuentes de la NUJ lamentan lo sucedido, que según la entidad es una muestra del deterioro de las condiciones de seguridad en los estados de Abia y Akwa Ibom en el sureste del país, con consecuencias negativas para el desarrollo local.
Hace varias semanas, la Inspección General de Policía decidió el despliegue de 10.000 efectivos en la región, después de una ola de secuestros y en preparación de la próxima visita a la región del presidente Jonathan Goodluck el 15 y 16 de julio.
La práctica de los secuestros, generalmente contra empleados extranjeros del sector petrolero, está muy difundida en la región del Delta del Níger, especialmente por parte de grupos rebeldes que los utilizan para financiarse y como instrumentos de presión política, para obtener mayores derechos para la población local, sumida en la pobreza.
N. de la R.
Esta noticia se publica con la autorización de Mundo Negro.