España
espacioseuropeos.com (29/8/2010)
Todo parecía indicar que tras la visita del ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, a Rabat, y su inesperada entrevista con el rey Mohamed VI, que las presiones de grupos minoritarios marroquíes, alentados desde el poder, iban a cesar, pero como nos temíamos no ha sido así. Y es que detrás de esa política de tensión, orquestada desde Marruecos, está la cuestión del Sáhara Occidental.
El caso es que el pasado miércoles, se han producido nuevos incidentes -en este caso en Ceuta-, cuando un grupo de marroquíes atacó a varios agentes de la Policía Nacional, cuando éstos procedían a perseguir a unos supuestos ladrones de un automóvil. El vehículo robado se adentró en el barrio de El Príncipe, ocupado en su totalidad por musulmanes, y que se encuentra en la frontera con Marruecos.
En las proximidades de una mezquita, los ladrones abandonaron el coche, siendo perseguidos a píe por los agentes que lograron detener a uno de ellos. Cuando los policías españoles procedían a identificarle y hacerle saber sus derechos, un grupo de marroquíes compuesto por más de 200 personas, jóvenes en su mayoría, rodeó a los agentes en actitud beligerante.
Los jóvenes musulmanes comenzaron a insultar y lanzar piedras a los policías, a consecuencia de ello -según el comunicado de la Policía Nacional- los agentes solicitaron la presencia de más dotaciones policiales.
Todo parece indicar que la agresión estaba perfectamente organizada, pues muchos de los agresores iban provistos de pasamontañas con los que ocultaban su rostro. Estos hechos han sido calificados como muy graves por la Jefatura de la Policía Nacional.
Como consecuencia de estas agresiones, tres agentes resultaron heridos y dos de los vehículos policiales seriamente dañados.
El informe de la policía destaca que la agresión era premeditada, ya que uno de los supuestos ladrones del vehículo -el que logró huir- impartía órdenes a los jóvenes durante el transcurso de los incidentes.
Pocas horas después de estos incidentes, en los polígonos del Tarajal, varias patrullas de la policía nacional y local, que se habían desplazado allí para proteger la actuación de los equipos de bomberos que sofocaban un pequeño incendio, fueron apedreados por un grupo de personas. La llegada de fuerzas antidisturbios terminó con esas agresiones, sin que, al parecer, haya habido detenciones.