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espacioseuropeos.com (17/9/2010)
Melilla conmemora hoy el 513 aniversario de su españolidad. En 1493, el español Pedro de Estopiñán, emisario de Juan Alonso de Guzmán, III Duque de Medina Sidonia, durante el reinado de los Reyes Católicos, llegaba a Melilla.

En la antigüedad Melilla fue una colonia comercial fenicia, que de acuerdo con los historiadores se llamada Rusadir. Fue un puerto estratégico en las guerras entre cartagineses y romanos. Éstos últimos la designaron con el nombre de Flavia (año 46 d. C.). Fue el Emperador Claudio quien concedió los honores de Colonia a la vieja Rusadir. En el siglo V los vándalos, saqueadores de Ceuta, hicieron a Rusadir víctima de su invasión, siendo la ciudad destruida para mas tarde ser reconstruida por visigodos y bizantinos. Sus pobladores sufrieron también invasiones por parte de los árabes durante el siglo VII, un vez sometidos, muchos huyeron a las montañas del Rif y del Atlas donde se creó cierta resistencia. Es en esta época cuando Rusadir pasa a denominarse Melilla.

Las cruentas guerras entre Fez y Tlemecén (Argelia), que supuso la ruina y el abandono de la ciudad, que quedó postergada.

A finales del siglo XV se produce en España el final de la Reconquista, con la rendición de Boabdil el Chico en  Granada. A Melilla le llegan constantemente numerosos vencidos que no se avienen a permanecer bajo dominio cristiano en las tierras que fueron el antiguo Reino Nazarita. Uno de los que se refugiaban en Meilla es Boabdil, que llega a la ciudad en octubre de 1493, que lo hace en Cazaza, situada a 18 Kilómetros de Melilla.

Con la intención de impedir nuevas invasiones, además de razones de tipo estratégico, impulsan a los Reyes Católicos a apoderarse de la costa norteafricana de cierto número de bases que sirvieran como centinelas avanzadas de la seguridad nacional. Con ese objetivo enviaron emisarios a la costa africana. Por entonces Melilla estaba prácticamente arruinada debido a las guerras entre Fez y Tlemecén (Argelia).

El Comendador Martín Galindo reconoció la zona, pero el gran número de habitantes -entre ellos muchos refugiados de la Península- le animó a comunicar a los Reyes Católicos de la dificultad que entrañaba su conquista. Fue el Gobernador de Andalucía, don Juan Alonso de Guzmán, III Duque de Medina Sidonia, el que decidió obsequiar a sus reyes con la toma de la ciudad de Melilla, y a tal efecto envió al Comendador don Pedro de Estopiñán Virués, para que explorara la península de Tres Forcas, lo que levó a cabo disfrazado de mercader, en unión del famoso artillero Francisco Ramírez Madrid.

Tras estudiar el terreno y analizar las necesidades prioritarias para reedificar la ciudad, procedió a comunicárselo al Duque don Juan Alonso de Guzmán, quien mandó juntar «cinco mil hombres de a pie y alguna gente de a caballo, mandó aparejar los navíos en los que fuesen y hizo que cargaran mucha harina, vino, tocino, carne, aceite y todos los otros mantenimientos necesarios, y de artillería, municiones, lanzas, ballestas, espingardas y otras armas. Y así mismo llevaron gran cantidad de cal y madera para edificar la ciudad».

Con ese contingente y esas órdenes partió Pedro de Estopiñán Virués del puerto de Sanlúcar en el mes de septiembre del año 1497.

Desembarcaron de noche para no alertar a los habitantes de la ciudad. Nada más llegar a la costa colocaron una especie de «enmaderamiento de vigas que se encajaba y que llevaban hecho, a este tipo de prefabricado se le llamó de «cava y barrera». Trabajaron toda la noche para ponerlo en las murallas, de tal manera que cuando amaneció, los moros que andaban por los campos, que habían visto el día antes a Melilla asolada, y la vieron amanecer con muros, y sonar tambores y disparar artillería».

La mayoría de los habitantes quedaron estupefactos y huyeron despavoridos, «yendo a contar a los pueblos lo que habían visto».

Entre tanto, «Estopiñán hacía poner tanta diligencia en hacer descubrir los cimientos de los adarves y torres, y como llevaba gran cantidad de maestros para edificar, y todos los que iban en la armada, con el mismo general, no se despreciaban en trabajar cuanto más podían, dieronse tanta prisa y diligencia en reedificar los adarves y torres, porque de allí encontraron la piedra, conque antes estaban hechos, y con la cal que llevaron no fue difícil terminar la obra».

la-legion-en-melillaA los pocos días, llegaron los soldados del Rey de Fez, pero ya Melilla era una verdadera fortaleza, por lo que fueron impotentes para recobrarla y tuvieron que retirarse. Cuando Estopiñán juzgó que Melilla se hallaba en estado de defensa, dejó por alcaide de ella al Capitán Gómez Suárez con una buena guarnición, y volvió a España con el resto de la gente. Dio cuenta, al Duque de todo lo que había sucedido, y de la manera en que la había dejado. Y éste lo mandó a dar cuenta a los reyes Isabel y Fernando, quienes recibieron con júbilo la noticia de la conquista. Celebraron tanto los Reyes el éxito de la empresa de Estopiñán, que en la carta que enviaron al Duque con fecha 18 de octubre del mismo año, le decían: «que el placer que hobimos con la buena nueva que nos enviasteis, nos ha aprovechado, para templar en algo el dolor que tenemos, porque esperamos en Dios, que desto será mucho servido…»

Desde entonces Melilla pertenece a España, antes que Navarra, por ejemplo, se integrar en la nación española. Por entonces, Marruecos no era una nación. Fue el 2 de marzo de 1956 cuando Marruecos proclama su independencia, y el  3 de marzo de 1961 Hassan II es proclamado rey de Marruecos.

N. de la R.
La información que publicamos está basada en documentos históricos y en algunas páginas de internet.

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