Guinea Ecuatorial
Abaha (2/11/2010)moto-oyono-y-ondo2
Los de Ciudadanos por Guinea Ecuatorial siguen su implacable marcha camino de la consecución de su objetivo, que no es otro más que el acabar con la dictadura. Para ellos -según nos confirman-, ya no hay lugar para ninguna negociación. El reloj es implacable y el tiempo se acaba, a pesar de la relatividad que anuncio Einstein. Ellos pisan como los elefantes con aplomo, con peso, con firmeza. Su vista es ahora la de un águila. No se les escapa una. Tienen un objetivo y no se apartan de la estrategia diseñada.

Nos informan que hoy es posible que se reúna la cúpula de Ciudadanos por Guinea Ecuatorial, acompañada de su equipo de asesores. El video  que se hizo de la rueda de prensa celebrada el pasado día 4 este mes está dando la vuelta al mundo, y a pesar de los habituales silencios de la prensa de acá, la de allá -extranjero- se hace eco de ello.

Nos llama la atención del fervor que ahora sientes algunos por juntar a todos los guineanos en una mesa para debatir sobre Guinea Ecuatorial y formar un gran barco que reme con fuerza… Bueno, mejor no hablar de intenciones y ponerse a remar, aunque los remeros no sean miles o millones.

Resurge Weja Chicampo, desde hace unos días en Madrid. Y resurge firmando como coordinador del MAIB. Y siempre lo mismo, que si la comunidad internacional, que si los derechos humanos, que si un Estado fuerte y descentralizado, pero qué es lo que le ha pasado a este hombre que después de varios meses en Malabo ha regresado a la segunda patria (Madrid), sin contar a qué fue, que hizo y por qué regresa al hogar.

Sobre la trama-drama de Julián Ondó Nkumu y Enrique Anguesomo, nos informan que días atrás hubo una opípara cena entre el ministro de Seguridad, Nicolás Obama Nchama, el actual Director General de Seguridad y algunos familiares. Allí se trató del encarcelamiento, enfermedad, confinamiento de del otrora poderoso Ondó Nkumu. Los jerifaltes trataban de disculparse de la detención de Ondó Nkumu, argumentando que habían seguido las órdenes del Jefe (Obiang Nguema).

Las explicaciones se extendieron más. Al parecer, todo comenzó con la llegada de un multimillonario maliense, que llegó a Guinea cargado de billetes que necesitaba blanquear con urgencia. El sujeto maliense venía recomendado y preguntó por alguien en concreto que era la clave para ese blanqueo.

El maliense contactó por fin con los «expertos» en esos manejos monetarios que le dieron la fórmula de meter la pasta en varias entidades del país a través de ellos, que así se transformaron en socios cómplices necesarios.

Pero, mira por donde, los socios poderosos guineanos urden una patraña con intenciones malévolas. Y una noche, buscan al maliense y le invitan a dar un garbeo por la zona. Desde entonces no se ha sabido nada del pobre hombre. Lenguas viperinas dicen que el hombre, o lo que quede de él, puede estar en las cercanías de Sipopo, carretera de Riaba. Los socios nacionales regresaron  y brindaron con champagne francés.

Los amigos y conciudadanos del maliense notan su falta y lo ponen en conocimiento de su cónsul. Éste, diplomático, les sugiere que se calmen y no acusen sin pruebas, pero mira por donde un bubi que salía a chapear se  encuentra flotando en la playa un cadáver y lo notifica a la policía. ¡Apareció el malienses!  

El asunto llega a Obiang Nguema que bufa, chilla, gruñe y da puñetazos sobre la mesa. ¡Lo que le faltaba! La consecuencia fue que Ondó Nkumu fue destituido de forma fulminante.

En la cena aludida anteriormente, el  ministro de Seguridad, «Nico» para los amigos, tenedor en mano temblorosa, afirmó estar acollonado, pues sabía que Julián Ondó Nkumu y Tierry Enry se la tenían jurada.

Está macabra historia circula entre la poderosa y pudiente clase dirigente guineana y nosotros no la ponemos en cuestión. Allá ellos.

Resulta llamativo, el papelón del mercenario Simon Mann, ahora amigo del mandamás de la Judicatura guineana, el otrora opositor José Oló. Mann ha estrechado relaciones amistosas con sus antiguos captores, entre ellos con el ex fiscal general Oló, la persona encargada de formular cargos contra él, según la prensa británica.

Mann, que se encuentra en Guinea Ecuatorial, se supone que le van a endilgar algún bien remunerado cargo, entre otros el de relatar con puntos y comas la trama que, supuestamente, tenía como objetivo sacar al dictador de su palacio en Malabo y mandarlo a las chimbambas.

Nos cuentan que Severo Moto está que no deja pasar una. Ha  lanzado su látigo contra el titular de una página en Internet que trata sobre Guinea Ecuatorial y otro trallazo contra el, también titular, de una asociación que versa sobre los mismos asuntos. Es más, parece que Moto está en contacto con prestigioso abogado español que en este asunto  va a laborar gratis per amore.

Para terminar, de momento, está crónica, decir a nuestros lectores que el tirano ha estado en Barcelona -vamos a decir supuestamente-, con el pretexto de asistir a la ordenación de un sacerdote guineano, acompañado de personal de la embajada del país en España.