Guatemala
espacioseuropeos.com (6/2/2011)
La cruenta guerra civil en Guatemala dejó más de 250.000 muertos y varios centenares de miles de personas desplazadas. Otras secuelas de la guerra han sido las mutilaciones, la desestructuración familiar, sin dejar de lado las más de 5.000 mujeres indígenas mayas, que sufrieron todo tipo de abusos. Después de 14 años del tratado de Paz, por el que se dio por finalizada la contienda civil, la violencia no ha cesado en el país en ninguna de sus formas.
El digital Periodismo Humano expone los siguiente al referirse a la violencia: «A nivel internacional Guatemala es el estado sin guerra considerado como más violento. Un promedio de dos féminas mueren asesinadas diariamente y se estima que unas 600 son violadas cada año. Entre 2004 y 2009 se interpusieron casi 8.000 denuncias por agresión sexual y murieron de forma violenta unas 4.000 mujeres, hechos que en un 98% de los casos continúan libres de toda pena».
Guatemala registró entre los años 1979 a 1983 (guerra civil) el más alto índice de violencia en general y de género en especial, del mundo. Las violaciones como método de tortura e interrogatorio eran una práctica común, según registra un medio de la zona: «Fueron más las que murieron que las que hoy llevan las cicatrices y las cuentan».
La violencia sexual no quedó al margen, ni mucho menos. Durante la guerra se empleó como un «mecanismo de control y de dominio, una manifestación de poder y de agresión que busca humillar, degradar y someter a las víctimas», informa la misma fuente.
A pesar de haber finalizado la guerra y reconocerse que estas violaciones fueron ciertas e, incluso, saber en algunos casos la autoría, «ninguno de estos delitos ha sido todavía procesado ni condenado penalmente, pese a que el Derecho Internacional establece que por mucho tiempo que haya pasado desde que fueran acometidos, los crímenes de lesa humanidad no prescriben».
Guatemala es en la actualidad el país donde más asesinatos de género se cometen, y sin embargo sus autores no son enjuiciados.
El gobierno, a pesar de las protestas de algunas asociaciones de mujeres, hace poco por poner coto a esta trágica y escandalosa situación. Tanto la UE como estados Unidos tienen programas para tratar de acabar con esa lacra, pero la mayoría de las veces son más gestos que otra cosa.
Sin embargo, Estados Unidos, si apoya una supuesta lucha contra el narcotráfico. De hecho, William Brownfield, subsecretario de Estado adjunto para la lucha contra el narcotráfico, ha inaugurado esta semana en Guatemala la instalación de un sofisticado sistema de identificación de huellas digitales, que muchos entienden como una forma más de controlar el país.