Argentina
Marcelo Gullo (19/5/2011)mapa-de-hispanoamerica
En alguno de los estados que han sido sometidos por las potencias hegemónicas a una política de subordinación cultural  surge, como reacción, un pensamiento antihegemónico que lleva adelante una Insubordinación ideológica que es, siempre, la primera etapa de todo proceso emancipatorio exitoso. Cuando ese pensamiento antihegemónico logra plasmarse en una política de Estado, entonces, se inicia un proceso de «Insubordinación fundante» [1] que, de ser exitoso, logra romper las cadenas que atan al Estado, tanto cultural, económica, como políticamente, con la potencia hegemónica.

En la Argentina, al pensamiento antihegemónico, sus propios protagonistas, los designaron como «Pensamiento Nacional» por contraposición al pensamiento producido por la subordinación cultural, pensamiento, este último, al que denominaron, implícitamente, como «Pensamiento colonial». Ese pensamiento colonial, para los hombres del pensamiento nacional, daba origen a partidos políticos, de izquierda o de derecha, que no cuestionaban la estructura material ni la superestructura cultural, de la dependencia.

Por ello, podía haber, en los términos expresados por esos mismos hombres del pensamiento nacional, tanto una derecha, como una izquierda, «cipayas».

La Generación del ´900´ y la primera insubordinación ideológica
En América Latina, la primera Insubordinación ideológica, fue protagonizada por los hombres de la denominada Generación del ‘900´, cuyas figuras más representativas fueron el uruguayo José Enrique Rodó (1871-1917), el mexicano José Vasconcelos (1882-1959) y el argentino Manuel Ugarte (1875-1951). Éstos, llegaron a la conclusión de que el proceso de rebelión colonial hispanoamericano, iniciado en 1810, había sido, en realidad, un «gran fracaso» porque, a diferencia del proceso de rebelión colonial protagonizado por las Trece Colonias norteamericanas, no había concluido en la «Unidad», es decir en la conformación de un solo Estado, sino y por el contrario -a diferencia del deseo y los esfuerzos de sus principales héroes, Artigas, San Martín, Belgrano, O´Higgins, Bolívar y Sucre– en la fragmentación de la nación hispanoamericana. Esta primera Insubordinación ideológica, se materializó políticamente en el Aprismo fundado por el joven peruano, Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979) quien conformara el primer partido político hispanoamericano cuya finalidad era la construcción de un estado latinoamericano que abarcara desde el Río Grande a la Tierra del Fuego, abrazando en un ideario concreto, el pensamiento de aquellos hombres de la Generación del ´900´.

 La Generación Revisionista y la segunda insubordinación ideológica
La segunda Insubordinación ideológica, más localizada geográficamente, pero quizás más intensa, desde el punto de vista conceptual, se originó en el Río de la Plata, siendo protagonizada por aquellos hombres a los que podemos denominar como «La Generación Revisionista». Y al hablar de esta Generación es imprescindible mencionar a sus más destacados integrantes como lo fueron los argentinos Arturo Jauretche (1901-1974), Raúl Scalabrini Ortiz (1899-1959),  José María Rosa (1906-1991), José Luis Torres (1901-1965), Arturo Sampay (1911-1977), Rodolfo Puiggrós (1906-1980),  José Hernández Arregui (1913-1974), Jorge Abelardo Ramos (1921-1994), Fermín Chávez (1924-2006), los uruguayos Washington Reyes Abadie (1919-2002), Vivian Trías (1922-1980) y el más joven de todos ellos, Alberto Methol Ferré (1929-2009). Fuera del Río de la Plata, pueden también considerarse inscriptos en esta corriente, el boliviano Andrés Soliz  Rada y el chileno Pedro Godoy, estos dos últimos, aún en vida.

La «idea fuerza» fundamental que descubre la «Generación Revisionista», que se transformará en la piedra angular de todo su pensamiento, consiste en develar que la «guerra de la indegeneral-san-martinpendencia de España» fue un fracaso no sólo, como sostenían los hombres de la Generación del ´900´, porque no se logró conformar políticamente la gran nación hispanoamericana, sino, también, porque las distintas repúblicas que surgieron, producto de la fragmentación de los distintos Virreinatos, pasaron de la dependencia formal de España a la dependencia informal de Gran Bretaña. Esa dependencia informal de Gran Bretaña hizo que todas las Repúblicas hispanoamericanas se incorporaran a la economía internacional como simples productores de materias primas y que, a diferencia de los Estados Unidos y Canadá,  subordinadas ideológicamente, no aplicaran una política económica proteccionista que les hubiese permitido convertirse, también, en estados mediana o fuertemente industrializados, cosa que, a su vez, hubiese facilitado la unidad que propugnaban los hombres del ´900´.

La Generación Revisionista es una corriente de pensamiento que descubre también, que el instrumento principal, a través del cual Inglaterra había logrado la subordinación ideológico-cultural de la América española y de la Argentina en particular, había consistido en la «falsificación de la historia».

Y claro, como la verdad de que seguíamos siendo una colonia, aunque dependiente de otro amo, la Gran Bretaña, no era una película «apta para todo público», hubo que «inventar» una historia nueva, una historia que oculte, deforme y ajuste los hechos a los designios del nuevo amo. Esta labor que, con maestría de sofista veterano llevó adelante Bartolomé Mitre, después de la batalla de Caseros, fue  difundida por  la escuela pública y los programas oficiales.

A sabiendas de  la existencia de una verdad distinta de la «oficial», como bien apunta Scalabrini Ortiz, deviene, para aquellos hombres, en labor impostergable «descubrir» la historia verdadera, la historia que nos relegaba a sirvientes y nos ataba al destino de la potencia que, soterradamente, nos dominaba. No podían, aquellos hombres de política y pluma, dejar de encarar la tarea de establecer, sobre bases sólidas, los principios ocultos, aquellas premisas que nos llevaran a conclusiones verdaderas, alejadas de la falacia mitrista y cercana al conocimiento de nuestra realidad y  de nuestros problemas reales, para que unidos de verdades, encaremos la solución de los verdaderos problemas. Era para ello, necesario, Revisar (y refutar documentos en mano), el montaje mitrista, ajeno a la verdad.  A esa labor se consagraron, principalmente, entre otros, José María Rosa, Jorge Abelardo Ramos y Fermín Chávez.

La necesidad de un Nuevo  Revisionismo Histórico para la concreción de nuestra segunda independencia
Mientras que la primera insubordinación ideológica de los hombres de la Generación del ´900´, se materializó políticamente en el aprismo, la segunda insubordinación ideológica, protagonizada por los hombres de la Generación Revisionista, se materializó en el peronismo que inició, en 1945, un proceso de Insubordinación Fundante que fue abortado, diez años después, al producirse, inducido por Inglaterra y los Estados Unidos de Norteamérica, el golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón (1895-1974). Caído el peronismo, fue víctima, como lo había sido, a su hora, el rosismo, de la falsificación de la historia, y se presentó al gobierno peronista, como un gobierno «populista», a Perón como un General fascista y a su gran amor y compañera, María Eva Duarte de Perón, Evita (1919-1952), como una «revolucionaria», opuesta al General burgués que era incapaz de llevar adelante la revolución, creando, de esa forma, como sostiene Norberto Galasso,  al «evitismo» como forma «superior» del antiperonismo.

Fue entonces, que los hombres de la Generación Revisionista, emprendieron la tarea de reivindicar al peronismo, como ya lo habían hecho con el rosismo, pero su tarea quedó inconclusa porque, a la mayoría de estos hombres de pluma y política, los sorprendió, antes, la muerte. Concluir esa tarea, es la misión ineludible del Nuevo Revisionismo Histórico.

  N. de la R.
Marcelo Gullo
nació en la ciudad de Rosario en 1963. En los primeros meses de 1981, comenzó su militancia política contra la dictadura militar que, desde 1976 había usurpado el poder. Doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador, Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario, Graduado en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid, obtuvo el Diploma de Estudios Superiores (Maestría) en Relaciones Internacionales, especialización en Historia y Política Internacional, por el «Institut Universitaire de Hautes Etudes Internationales», de la Univemarcelo-gullorsidad de Ginebra. Discípulo del politólogo brasileño Helio Jaguaribe y del sociólogo e historiador uruguayo, Alberto Methol Ferré, ha publicado numerosos artículos y libros, entre ellos Argentina Brasil: La gran oportunidad (prólogo de Helio Jaguaribe y epílogo de Alberto Methol Ferré) y La Insubordinación Fundante: Breve historia de la construcción del poder de las naciones (prólogo de Helio Jaguaribe). Este libro fue traducido al italiano y publicado en el 2010, en Firenze por la editorial Vallecchi, con el título: «La costruzione del Potere». Asesor en materia de Relaciones Internacionales de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Educación y la Cultura (FLATEC) y profesor de Historia Argentina en la UNLa.
El trabajo que ahora publicamos es un resumen, realizado por su autor para espacioseuropoes.com, de la ponencia presentada por el profesor Gullo en el Primer Congreso de revisionismo histórico Manuel Dorrego.

[1] Sobre el concepto de Insubordinación Fundante ver GULLO, Marcelo, La Insubordinación Fundante, Breve historia de la construcción del poder de las naciones, Buenos Aires, Ed. Biblos, 2008.